La semana pasada recibimos un correo anunciando que la Feria del Libro de Almerí

Moisés S. Palmero Aranda
14:00 • 13 oct. 2018

La semana pasada recibimos un correo anunciando que la Feria del Libro de Almería será del 26 de abril al 5 de mayo en la Plaza de la Catedral e invitándonos a hacer propuestas para darle la forma adecuada. Y nos gustó. Nos gusta que se alargue a diez días, que se empiece a preparar con mucha antelación y que se acepten ideas. Si olvidamos que aún estábamos esperando la reunión de evaluación de la última feria, que nos da la sensación que será una suma de actividades para tener contentos a todo el mundo, o que estamos seguros que compartiremos el mismo cartel que la Feria de Málaga para abaratar costes, tal como ocurrió el año pasado, nos gusta esta nueva forma de proceder.


Así que como se nos pide propuestas, voy a hacer la misma que hicimos hace dos años en privado. Y si está vez la hago por aquí, es porque desde que escribí el articulo “Los cuentos de la feria” soy persona non grata para algunos. Así que para que mis palabras caigan en saco roto, las dejo por escrito. Además, así me ahorro las excusas de unos y otros, achacándoles los problemas a los no presentes y escurriendo el bulto.


Aprovechando que nuestro presidente ha abierto el debate sobre lo que es y no plagio, voy a jugar a imaginar. Espero que Yoko no lea este artículo y me mande a sus abogados en plan editorial almeriense.



Imagina una feria del libro donde los protagonistas sean los niños y que las actividades para ellos centren la programación. El año pasado ya tuvieron gran presencia, pero se puede hacer mucho mejor. Si tenemos en cuenta la importancia de crear nuevos lectores, la oportunidad de mostrar el cuento como una parte importante del ocio y que la literatura infantil es un activo esencial en las cuentas de los libreros que conforman la feria, no está mal hacer un esfuerzo mayor.


Imagina dos carpas, una para las actividades para niños y otra para adultos. Con eso conseguiríamos evitar problemas como desplazar a los niños a un rincón porque hay una presentación de un libro, o que les falte un micrófono a los cuentacuentos, o que los niños tengan un lugar donde poder gatear  y sentarse sin tener que quitar las sillas de en medio.



 Imagina que las mañanas de los días de diario cuando los centros escolares van a visitar la feria, se les organiza diferentes actividades relacionadas con el libro, talleres, gimkanas, búsquedas del tesoro, cuentacuentos en esa carpa, en vez de lecturas continuadas de El Quijote o el Principito, que para ser honestos no cumplen con los objetivos planteados porque ninguno de los chavales les hace caso. Si tienen actividades organizadas quizás se vayan con la sensación de que los libros son una herramienta para disfrutar, para imaginar, para pasar un buen rato y vuelvan por la tarde con sus padres a buscar algún libro que leer. Pero si su paso por la feria se reduce a un minuto de lectura que traía preparado desde el colegio y a arrasar con los marcapáginas de las casetas, que luego todos terminan en la basura, lo más seguro es que no vuelvan.


Imagina que esa caseta y todas sus actividades la gestiona una persona que ha conseguido grandes éxitos organizando el I Maratón de Cuentos de Huercal de Almería, o que ha reunido a muchas familias con sus Cuentos a la fresquita este verano en la Alcazaba. Y lo ha conseguido contando con el grupo de cuentacuentos y  escritores de cuentos infantiles de Almería que tienen gran experiencia en el desarrollo de estas actividades y que se han unido para hacer cosas en común, para trabajar en equipo, para caminar juntos.



Imagina que esos escritores de Almería no son el relleno de la programación y que si se les diese oportunidad se implicarían en la organización de las actividades, con las librerías en las que trabajan, con las editoriales con las que han publicado, con la gente que les sigue y con la que han conseguido crear un vínculo.


Imagina que una familia pueda llegar a las diez de la mañana a la Feria del Libro y  quedarse todo el día divirtiéndose, cambiando de actividad, de juego, de canción, de taller.


Imagina que la Feria del Libro se organiza entre todos los implicados en el mundo del libro, editoriales, libreros, escritores, asociaciones culturales, administraciones y que cuando acaba no haya criticas y la reunión solo sirva para corregir los posibles errores, sin discutir, y perfilar la del año siguiente.


Imagina que no hay que ser “amigo de” para que te escuchen, que no haya que suplicar un espacio, o que cualquiera con dinero te pueda vetar.


Hago mías las palabras de Lennon para terminar “Puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único”.

Imagina, imagino mañana a la Feria del Libro y  quedarse todo el día divirtiéndose, cambiando de actividad, de juego, de canción, de taller.Imagina que la Feria del Libro se organiza entre todos los implicados en el mundo del libro, editoriales, libreros, escritores, asociaciones culturales, administraciones y que cuando acaba no haya criticas y la reunión solo sirva para corregir los posibles errores, sin discutir, y perfilar la del año siguiente.


Imagina que no hay que ser “amigo de” para que te escuchen, que no haya que suplicar un espacio, o que cualquiera con dinero te pueda vetar.


Hago mías las palabras de Lennon para terminar “Puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único”.

Imagina, imagino



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