El Foro España y la regeneración democrática

Alfonso Rubí Cassinello
00:30 • 03 nov. 2018 / actualizado a las 07:00 • 03 nov. 2018

El Foro España para la Solidaridad y el Progreso, que se constituyó el pasado mes de septiembre, sigue su andadura según el programa previsto. El pasado día 24 convocó una reunión en Madrid de dirigentes de asociaciones de todo el territorio nacional con objetivos semejantes, entre ellas la nuestra, que ya fue invitada a la presentación de la iniciativa en el Club Siglo XXI el mes pasado, como conté desde esta misma columna.


Asistimos a la reunión más de veinte asociaciones de ámbito autonómico o provincial. Por Andalucía la Sociedad Civil de Málaga (recientemente constituida) y nosotros, que somos los decanos absolutos por más antiguos en la defensa de los criterios, principios y valores que apoya el nuevo Foro con el objetivo de regenerar nuestra democracia.


Hubo unanimidad de todos los asistentes en cuanto a la necesidad de defender nuestra Constitución y el espíritu de solidaridad y concordia en el que se inspiró su redacción, reconocido como guía de nuestra modélica transición  de la dictadura a la democracia. El presidente y promotor del Foro (Salvador Sánchez Terán, ministro del gobierno de Adolfo Suárez entre 1976 y 1979) glosó ese espíritu y la necesidad de defenderlo de los ataques que sufre en el actual proceso ideológico que divide a la sociedad española. Las aportaciones de los asistentes comenzaron con la de la Sociedad Civil Catalana, organizadora de la gran manifestación anti independentista del 7 de octubre de 2017 en Barcelona. Planteó la necesidad de estrechar la unidad y solidaridad entre territorios, cuestión fundamental para todos los españoles, pero más aún para ellos, los catalanes



A continuación fuimos analizando y debatiendo ideas e iniciativas sobre la convivencia y la gobernanza en nuestra sociedad: la defensa del pensamiento libre y crítico dentro de los límites que impone el respeto, la veracidad y objetividad en la información para evitar el engaño y la manipulación de la opinión de la ciudadanía, las reformas que la Constitución necesita para su actualización sin alterar sus fundamentos, la honestidad, eficacia y transparencia en la gestión pública, el reconocimiento del mérito frente al enchufismo y la mediocridad que impone el sistema de las llamadas “puertas giratorias” y una larga lista de cuestiones en las que, como digo, estuvimos todos de acuerdo.

El denominador común de todo lo debatido fue la convicción de que solo la sociedad civil puede promover estos valores, cambiando los métodos de gobernanza en la línea de lo que lleva reclamando la Unión Europea desde hace veinte años: la implantación de métodos y canales que permitan revertir el control que los partidos ejercen sobre los ciudadanos, para que sean estos los que controlen la actuación de los políticos.



Expusimos estas ideas con el mismo ardor con el que las llevamos defendiendo en las últimas dos décadas. Todos los asistentes se mostraron de acuerdo: la mayoría lleva en su nombre el epíteto de Sociedad Civil y han nacido para perseguir estos objetivos. Especialmente sugerente fue la intervención de Manuel Campo Vidal, que presidió la Asociación Nacional de la Prensa, y que en 2015 fundó “Sociedad Civil por el Debate”


En definitiva estuvimos de acuerdo en que la regeneración democrática implica el paso de la partitocracia actual a la de un sistema participativo que redefina el papel de los partidos en la búsqueda y defensa de los intereses generales frente a los personales y particulares de los integrantes de sus “castas” políticas. Acordamos trabajar de forma coordinada para conseguirlo, y volvimos con la satisfacción de que las cosas avancen en la dirección de lo que llevamos defendiendo muchos años. 





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