Portero y una visita especial a San Sadurniño

El almeriense visita con Unicaja una pista que conoce bien

Andrés Portero ha vuelto a Unicaja y ahora visita a su exequipo.
Andrés Portero ha vuelto a Unicaja y ahora visita a su exequipo. Paco Alonso
La Voz
17:31 • 04 nov. 2021

Existe una conexión especial, y no es solo por haber compartido cinco temporadas. Lo que hay entre Andrés Portero y San Sadurniño trasciende de lo deportivo y toca el alma. El colocador no paraba de hablar de su Almería cuando estaba en Galicia, y ahora que ha vuelto a su tierra es el mejor embajador que pueda tener la población coruñesa que con tanto cariño lo recuerda. Entre medias, en línea recta, unos 800 kilómetros, que se convierten casi en 1.200 reales de trayecto en bus, 14 horas en las que poner orden a los sentimientos. Viaje de los que se disfrutan desde el ‘minuto 1’, el almeriense no puede controlar sus gestos de alegría por el reencuentro: “San Sadurniño se ha convertido en mi segunda casa, volver y ver a toda la gente que he dejado allí, muchos amigos, familiares… la verdad es que es muy emocionante”.



De vuelta a Galicia



No cabe la menor duda de que no miente cuando insiste en que le produce “mucha ilusión volver”, como también “enfrentarme a ellos desde el otro lado de la red”, dice de modo textual. Portero se ha ganado el respeto y el cariño “simplemente tratando de ser yo, tratar bien a la gente, porque intento devolver el cariño que me dieron en todo el tiempo que estuve allí”. Y sí, se siente querido, pero es recíproco: “Es gente extraordinaria, a la que he cogido muchísimo cariño, que me ha aportado mucho y me ha hecho crecer”. En su ‘herencia deportiva’, dos ascensos a Superliga, el último logrado el curso pasado: “Fueron dos temporadas muy ilusionantes, llenas de lucha, de emoción y de sacrificio, porque la segunda categoría es muy dura”. En todo caso, cuando se repite un logro, y tan de seguido, indica que la primera no fue casualidad.



En familia



En ese sentido, el colocador recuerda que dentro de lo que supone el contexto, “un pueblo pequeño, con pocos apoyos económicos”, se supieron hacer las cosas: “Se reunieron dos muy buenos grupos, se trabajó muchísimo, se buscaron los mejores resultados posibles y salieron bien, por lo que pudimos llevar a un pueblo de poco más de 2.000 habitantes a la élite del voleibol español”. Con gran orgullo, defiende que “San Sadurniño tiene gran tradición de vóley”, y sonríe con la vida diaria: “Nos saludaban por la calle, hablaban con nosotros, nos daban ánimos, los niños de la cantera estaban muy involucrados, siempre en el pabellón ayudando, la gente en todo momento prestando su apoyo y su ayuda para todo lo que hiciera falta, y desde luego que se respira vóley, trasladándose todo eso al partido del fin de semana”.



Un club humilde



Así desvela un ‘arma secreta’ del ‘Sansa’, mezclado ese factor humano con la propia cancha de juego: “Es complicado jugar allí para los equipos de fuera, y eso ayuda”. Llegado a ese punto, su sonrisa se borra de una cara que se torna seria, porque no le gusta el inicio de su exequipo: “Ha sido complicada, con un par de salidas difíciles y un par de partidos en casa igual, no han podido sumar ningún resultado positivo; pero ese pabellón es complicado a la hora de desarrollar tu juego cuando llegas de visitante, por lo que va a ser un partido duro, muy intenso, en el que ellos intentarán llevarnos a la situación que esperan que transcurra”. Por tanto, de cajón: “Nosotros tenemos que desarrollar nuestro papel, tener una intensidad acorde a la situación e intentar traernos la victoria para Almería”. Eso supondría seguir invictos en la tabla.



Seguir la línea

Conservar esa condición va a seguir siendo tan difícil como el fin de semana pasado frente a Guaguas: “Hicimos un partidazo, da una alegría inmensa ver el Moisés Ruiz lleno, hicimos prácticamente todas las facetas del juego bien, y eso se empieza en los entrenamientos”. Andrés Portero desvela que “todos los jugadores estamos muy capacitados para poder estar dentro, trabajar, ganar los partidos, se ha visto durante la pretemporada, por muchos contratiempos que hemos tenido; todos sabemos que desde el cuerpo técnico se nos marca un camino, que es trabajo, trabajo y trabajo, que es lo que se hace en el día a día y lo que conduce a sacar nuestro juego”, dicho literalmente. El objetivo es “obtener el mayor rendimiento”, el necesario para tumbar a San Sadurniño en un cambio radical de escenario y manejo del aspecto mental.


Dos desplazamientos

Portero recuerda que “lo del sábado está pasado y ahora lo que toca son dos salidas muy complicadas, la primera ante Sansa, en la que toca cambiar el chip, ponerse el mono de trabajo, hacer todo lo necesario para seguir sacando los resultados e ir de semana en semana, de partido a partido, persiguiendo el objetivo”. El rival ante el que medirse “ha renovado el proyecto respecto al año pasado, jugadores de fuera, un colocador extranjero, un opuesto y un receptor extranjeros, luego sigue el líbero de casa, que para mí es un gran líbero, tienen también dos receptores nacionales, Fran, que ya conocía al equipo, y Marcos, que continúa, y Boris por el centro, que es también muy amigo mío, haciendo el papel en fase de bloqueo”. Al almeriense le parece importante, en torno a la complicación que guarda, que allí “respiran vóley”.


El análisis

Con “es un sitio muy bonito” y con que “Uxío ha cogido las riendas para luchar contra todo y mantenerse en la categoría”, Andrés Portero les desea “toda la suerte de este mundo, porque el pueblo es un sitio maravilloso, los gallegos son gente encantadora y la gente en San Sadurniño es muy agradable, y se merece conseguir los objetivos que se marque”. Traslación emocional a ese enclave coruñés, hará de cicerone con sus compañeros de Unicaja Costa de Almería: “Me gustaría ir al mesón ‘A Granxa’, en el que comía, de un gran amigo mío, ver a los compañeros de años anteriores y tomar un café, charlar de modo distendido, recordar viejos momentos y anécdotas, ver qué tal les va, ya que aunque estemos en contacto, da alegría verse en persona”. Agradecido, ahora disfruta el verde, y para regresar al verde Sansa ha sido clave.


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