¿Dónde nos lleva, señor Gomes?

¿Dónde nos lleva, señor Gomes?
¿Dónde nos lleva, señor Gomes?
Miguel del Pino
18:44 • 22 abr. 2021 / actualizado a las 18:53 • 22 abr. 2021

La esperanza es una virtud teológica que siembra la inquietud en los corazones y desemboca en felicidad o dolor según que lo que se espera se haga realidad o no. En el caso de los seguidores de la Unión Deportiva Almería, de los almeriensistas, la esperanza de ver a su equipo reaccionar ante el Español después de haber tenido ocho días para preparar el duelo se ha traducido en una nueva decepción al ver que esa larga semana no ha servido para dar un paso adelante ya que nada nuevo se pudo vislumbrar ni en el juego del equipo ni en su habitual y exasperante ineficacia en la estrategia ofensiva.



Como persona José Gomes nos merece todos los respetos. Incluso lo admiré cuando pidió respeto a los árbitros porque su voz fue la de todos los almerienses. Pero tengo la sensación de que el técnico portugués no está respetando al equipo para el que trabaja porque no lidera ningún tipo de cambio.



En el fútbol hay dos máximas: no cambiar lo que bien funciona y la contraria.



Los partidos no se ganan con autógrafos ni con buenas y cuidadas palabras, sino con goles. Los que el equipo no está siendo capaz de evitar en su meta ni consumar en la del rival.



Los números no mienten; quitan y ponen rey con total justicia. Es verdad que el Almería ocupa la tercera plaza que da derecho a jugar la fase de ascenso a Primera, pero también es cierto que viene en una línea descendente más que alarmante. En los últimos siete partidos es el segundo peor equipo del campeonato, del deshonor de ser el colista le salva el Lugo que acaba de cesar a su entrenador.



En estos momentos lo que procedería sería comenzar a trabajar pensando en que el equipo llegara en las mejores condiciones a la fase decisiva.



José Gomes ha demostrado que su trabajo semanal le lleva a afrontar los partidos siempre de la misma manera y con el mismo dibujo. Lo único que altera es el once inicial, con lo que más que un entrenador que busca sorprender al rival se ha convertido en un alineador.



Así las cosas con números y sensaciones bajo mínimos sólo me cabe hacerle una pregunta al técnico: ¿Dónde nos lleva, señor Gomes?


Y otra a nuestro admirado presidente: ¿Ha arrojado la toalla señor Turki?


La afición no. Pide y desea que los responsables directivos y deportivos cojan el toro por los cuernos para que el sueño del ascenso deje de ser casi una quimera para asentarse sobre una base firme e ilusionante.


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