El fútbol de otra época sigue vivo en Las Chocillas

Fue emotivo, hasta inolvidable, regresar a Las Chocillas, un campo en el que se respira fútbol de otro tiempo, de otra época, y en el que, además, se vive el fútbol en todos y cada uno de los rincones de un recinto en el que parece que el tiempo o el reloj se paró hace ya muchos años, o temporadas.
Ir al campo del Plus Ultra es como hacer un viaje por la historia del fútbol de Almería. Las Chocillas es historia, historia en blanco y negro, o ya en color del balompié de nuestra tierra.

Y pasan los años, y ahí sigue, donde los hermanos Cortés (Pepe y Antonio), siguen haciendo realidad el sueño de muchos jóvenes, y no tan jóvenes, de jugar al fútbol cada fin de semana. Pepe Cortés, que lleva 30 años en el Plus Ultra, se ha convertido como en el ‘padre’ de muchos niños, hoy padres de familia. Pepe Cortés realiza una magnífica labor, una labor que solo él y su cuerpo sabe.

Siempre está ahí; dicen que es un ‘loco’ del  fútbol, bendita locura dirán los jugadores de un Plus Ultra que sigue formando parte de la bonita historia de nuestro balompié. La entrada al histórico campo de Las Chocillas sigue igual, con Manuel, el de las chucherías y la pipas con su cesta, que sigue siendo la misma, donde parece como si el tiempo también se hubiera detenido para siempre. ‘Manolico’ recibe a jugadores y aficionados con una sonrisa, que se agradece muchísimo por los tiempos que vivimos en la actualidad.

Emocionante
LA VOZ, el periódico de todos los almerienses, se dio una vuelta por Las Chocillas con Pepe Cortés, un viaje en el tiempo, un viaje por la historia porque en el campo de Las Chocillas se han vivido miles de historias, miles de anécdotas. El presidente nos llevó al rincón más especial, más emotivo. El Plus Ultra es un campo de fútbol, tal vez sea también un ‘campo santo’.

Pepe Cortés cuida la historia del Plus Ultra y en el campo de Las Chocillas, en un lugar especial, se encuentran las cenizas de Juan Goros, Antonio Garrido, su mujer María y su hijo Diego. Pepe Cortés vive el partido cerca de este lugar tan especial. La bandera de Almería, en la grada, y la de España, en los vestuarios, siguen ahí. El escudo pintado en la pared de los vestuarios igual que siempre. La hierba, natural, presenta buen aspecto. Salir del campo fue como salir del túnel de tiempo, donde volvería.