1-1: Owona salva a un Almería que continúa en una espiral de estrés

Un balón parado para rescatar un punto

Carlos Miralles
21:43 • 16 nov. 2019

El Almería de Guti está lejos de su mejor versión, pero al menos tiene destellos que le permiten no perder. La necesidad de ganar, de estar arriba permanentemente, e incluso jugar bonito, genera un estrés competitivo que en un vestuario tan joven todavía deben asimilar. No se ve un Almería suelto, con confianza, que enlace varias acciones ofensivas con claridad.






Bien por el objetivo del nuevo propietario o el proceso de aprendizaje de las ideas de Guti, este equipo aún tiene mucho que dar. Y es la parte positiva de una película en la que Lucien Owona cambió el final dramático por otro más alegre. Los rojiblancos salieron a mandar en el primer tiempo, pero el efecto desapareció conforme avanzaban los minutos. El Elche se iba soltando, quitando el caramelo al Almería, es decir, el balón, y sufrían los de Guti. Sin embargo, solo era un sufrimiento de acercamientos, no de oportunidades, ya que René Román no intervino en el primer tiempo. De más a menos y con sensaciones extrañas en el Martínez Valero.

El descanso se sentó fatal al Almería. Desapareció el conjunto rojiblanco y el Elche metió una velocidad más al encuentro, practicando un fútbol alegre y con incorporaciones desde segunda línea. El veratense Nino había esperado entre bambalinas su entrada en el escenario. Era el minuto siete cuando se desmarcó hacia el punto de penalti para rematar, libre de marca, un centro desde la izquierda de Juan Cruz. Zarpazo al partido de los franjiverdes que dejaba sobre la lona al Almería.




Fidel pudo sentenciar con un lanzamiento al palo, y por arte de magia, el Almería empezó a jugar. Cambio radical de la noche a la mañana. Las líneas se juntaron y llegaron acciones ofensivas con peligro, todo ello desde la entrada de Sekou y Muñoz. Tras un aviso del senegalés, Lucien Owona cazó una pelota en el área tras un córner y remató con la izquierda con el estilo de un delantero. Sin hacer demasiado, sin apretar a Edgar Badía, el defensa pescó un punto para su equipo a tres minutos de la prolongación.

El Almería que quiere Guti está en construcción, pero fue necesario verse contra las cuerdas para reaccionar y buscar el gol. Cuestión de confianza, de enlazar resultados positivos, porque si se le exige a esta plantilla es por la calidad que atesora. Nadie se fue contento con el resultado. Desde agosto el Almería vive entre los seis primeros, situación por la que muchos se cambiarían, aunque es la presión por jugar bien y ascender directamente lo que no deja fluir el fútbol.







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