Antonio Molina y una lección de vida en rojiblanco

La historia de Antonio Molina, aficionado del Almería, comienza en una localidad de Murcia, concretamente, en Blanca. Acaba de cumplir 49 años y cada día lo quiere disfrutar al máximo junto a su familia y, también, con el equipo de su vida. Tiene casa en Garrucha, ha vivido en nuestra provincia y desde hace casi una década se despertó el sentimiento rojiblanco. Cada quince días se sube en el coche y viaja a Almería para ver al equipo, independientemente del clima o categoría, junto a sus hijos pequeños, Antonio Luis (16 años), y César (2 años). Éste último fue por primera vez al Mediterráneo con solo 9 días, coincidiendo con un Almería-UCAM Murcia. La mujer de Antonio, Luisa, le ha apoyado en todo momento para que siga adelante, y es que hace unos meses sufrió una enfermedad que le tuvo ingresado en el Hospital durante meses. Un tumor no le iba a arrebatar las ganas de seguir viajando con su Almería.

Agradecido
Primero fueron los futbolistas quienes mandaron a título personal vídeos a Antonio para darle toda la fuerza del mundo, “y a veces no los podía ver, ya que tras la operación los médicos me pidieron que no viera televisión y controlara las emociones. Hubo mensajes que no leí hasta dos o tres meses después”.

También Alfonso García, presidente del club, tuvo un gesto muy grande con la familia de Antonio: “Este año, en febrero, nos invitaron al palco a ver el Almería-Numancia, y cuando marcamos, pegué un bote en el asiento que me estuvo doliendo la cabeza tres días. Esos detalles que han tenido, siendo yo un seguidor de Murcia, merecen todo mi respeto y agradecimiento”. Sus hijos Antonio y César van al Colegio y la Guardería con las camisetas rojiblancas, mientras que en casa tiene un Museo con bufandas, fotografías, futbolín, e incluso se ha tatuado el escudo. También quiso agradecer el apoyo a Baldomero Titos y Juan Fuentes, de la Peña El Tomate. Todo un ejemplo de superación y de ganas de vivir.