Lo vivido en Los Pajaritos es muy importante para el Almería. Se ha liberado de una pesada loza ya que no ganaba fuera de casa desde la visita a Sevilla el pasado mes de febrero para vencer por 0 a 3 en una matinal de fútbol inolvidable.
Es otra Liga y otra plantilla pero la misma afición que pudo comprobar como el nuevo modelo rojiblanco regala menos fuera de casa y sabe controlar un partido de Segunda División y llevarlo a su terreno.
Han pasado muchos meses desde aquella victoria con Lucas Alcaraz en el banquiillo. Han volado del vestuario muchos jugadores consagrados y han llegado otros con más ilusión y ganas de vencer.
No es fácil ganar partidos en Segunda y fuera de casa hay que hacer muchas cosas bien para conseguirlo. Si en Sevilla aquel Almería fue muy superior al colista en esta ocasión también lo fue frente a un equipo que jugó para subir a Primera hace solo unos meses.
Para los seguidores del Almería ya no es un suplicio ponerse a ver por la televisión los partidos fuera ni escuchar el Carrusel Deportivo les genera presión porque el equipo da la cara y responde a lo que todos queremos: un buen Almería.
No se hizo nada y se ha logrado tanto como cortar la sangría de salidas regalando ocasiones y puntos a los rivales. Las aficiones ya nos habían tomado cariño porque recibir al Almería era un chollo: cuestión de esperar a que fallaran los rojiblancos para vencer.
Precisamente el hombre que diseñó el Almería actual fue Lucas Alcaraz con el que se ganaba fuera por última vez. El entrenador granadino no pudo dar forma a su modelo pero Miguel Corona y Fran Fernández han clavado todo lo que Lucas pedía para cambiar el Almería.
Ha pasado tanto tiempo de aquella victoria en Sevilla que me quedo con la de Soria por las sensaciones que deja para una afición que se vuelve a ilusionar con el nuevo Almería.
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