El análisis: La segunda unidad conquista La Rosaleda

Los cambios dieron otro aire al conjunto de Fran Fernández

El meta Kieszek atrapando el balón tras un córner.
El meta Kieszek atrapando el balón tras un córner. Agencias
Miguel del Pino
19:20 • 12 sept. 2018

El Almería llevaba dos temporadas cayendo en la primera ronda copera. La Copa del Rey es una competición muy cómoda para los equipos de Segunda División, porque permite vender a su clientela tanto la derrota como la victoria. Los perdedores siempre acuden a los mismos argumentos para justificar su eliminación: tenemos que centrarnos en la Liga, que para nosotros es lo más importante, hemos hecho muchos cambios, etcétera.



Los vencedores ponen en valor la dosis de moral que puede suponer para los suyos el superar una ronda y sirven para confirmar el buen momento liguero o la capacidad de reacción si el equipo no anda fino en el torneo de la regularidad. Pero lo que nadie puede negar, porque sería faltar a la verdad, es que los jugadores de Málaga y Almería pusieron toda la carne en el asador para jugar la tercera ronda en La Rosaleda.



Asalto a la titularidad
Los dos equipos revolucionaron sus onces en la misma medida. Para el técnico local el partido sirvió para confirmarle que está acertando a la hora de confeccionar sus onces titulares y que su fondo de armario no es mejor que el del Almería. Para Fran Fernández todo lo contrario, que hay futbolistas en la reserva que piden paso con urgencia, casos de Juan Ibiza, Yan Eteki, el mejor pivote defensivo de la plantilla, Chema Núñez en su faceta creativa y, sobre todo, Sekou Gassama.



Aunque los costados de la zaga están bien cubiertos con José Romera y Andoni López, los dos que el martes brillaron en La Rosaleda están en disposición de competir con ellos por ser de la partida en la Liga. El canterano Iván Martos realizó una primera parte brillantísima y el catalán Adri Montoro se salió.







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