Un viaje al corazón de Luis Casas

Un tipo que sabe latín de fútbol. Hace muchos años que hizo las maletas para buscar un sueño: aquel sueño era el fútbol, y lo consiguió. Se siente un privilegiado porque se dedica a lo más le gusta. Estamos hablando de un roquetero de esos que defiende, delante de quien sea, sus raíces roqueteras. 

¿Cómo le va la vida por Murcia?

Me va bien, ya me afinqué aquí, donde tengo familia; mi mujer es murciana, tengo dos niños y la verdad es que estoy bien en Murcia, se vive bien aquí.   

Si tuviera que presentarse...

Soy un roquetero que se siente muy orgulloso de llevar por todos sitios el nombre de Roquetas de Mar; me dediqué al fútbol desde muy pequeño, con 17 años me vine a jugar a Murcia y a partir de aquel momento comencé a labrarme un futuro en la vida. Estuve jugando hasta los 26 años y por una lesión tuve que retirarme. Comencé a trabajar en la secretaría técnica del Jaén, en el Murcia, luego en la del Elche y ahora mismo estoy en el UCAM.     

¿Echa en falta Roquetas de Mar?

Me siento roquetero por los cuatro costados y cuando me dicen que si soy almeriense, yo siempre digo que soy de Roquetas de Mar. Es un orgullo muy grande ser roquetero; allí tengo a mi familia, tengo todo en Roquetas de Mar y me siento muy roquetero.    

¿Cómo definiría Roquetas de Mar?

Siempre digo que es la capital del mundo. A todas las personas les digo que soy de la capital del mundo.  

¿Las gentes de Roquetas de Mar tienen algo especial, diferente?

Sí porque los roqueteros y las roqueteras son personas muy acogedoras y más con el turismo que hay en Roquetas de Mar en los últimos años. Las personas que me comentan que han estado en Roquetas de Mar siempre me hablan muy bien del municipio roquetero. Todos me hablan maravillas del Puerto, de las tapitas, del sol... de todo. Roquetas de Mar es lo más grande y lo digo como lo siento porque es así. Mi Roquetas es diferente a todo.

La entrevista completa en la edición impresa de LA VOZ el domingo 24 de junio.