La Segunda División es una categoría que pocos entienden. Unos porque bajan de Primera y no se adaptan y otros con el mono de faena llegados de la categoría de bronce imponen su ley: a medias. Los que más dinero gastan a veces han perdido la categoría y los que apuntalaron un proyecto de bronce subieron a Primera.
El Almería ya sabe lo que es gastarse un pastón eligiendo a los mejores jugadores para salvarse en la última jornada de competición. Y también sabe que con un presupuesto racional subió a Primera. Ahora es verdad que estamos gastando poco y a veces se nota, pero no toda la culpa la tiene el dinero.
Los presupuestos con sus topes salariales quedan bonitos mientras duran para el verano porque llegado el otoño la Liga te va diciendo como caza la perra y si te has equivocado. Miguel Corona e Ibán Andrés saben bien que el acierto de lo que viene está en seleccionar lo que vale de esta temporada, subir a cuatro niños buenos, y fallar lo mínimo en el gasto.
Elegir a 5 futbolistas en los que confías y buscarlos hasta el fin. Tenerlo claro gana tiempo y dinero a la hora de fichar. No vale que Sporting o Granada sean muy caros o que el Barça B se haya gastado un pastón para mantenerse en Segunda. Los dineros bien manejados ganan partidos.
No me hablen de presupuestos en Segunda cuando todo se resume en acertar en los fichajes en verano. Esta es la clave.
El Huesca con el cuarto presupuesto más bajo de Segunda ya está en Primera División.
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