La SER se instala en la Playa de la Romanilla, en Roquetas de Mar

La Cadena SER ha vuelto a cambiar de escenario para realizar el “Hoy por Hoy”. En este caso, la playa en la que se ha instalado esta mañana todo el set fue la de “La Romanilla”, concretamente en el paseo marítimo de Roquetas de Mar, a la altura de la plaza de La Revoltosa.

Una mañana de calor, sin lugar a dudas, en la que algunos invitados han pasado por la radio para contar novedades e historias. Mientras tanto, los vecinos de la zona han participado en una clase de DanceHall, estilo de baile jamaicano, y los niños han tenido su tiempo de juego gracias al equipo de Decroly Kids. Además, se han repartido muchos premios para todos aquellos que han querido participar en el programa.

Entrevistas

La primera invitada del “Hoy por Hoy” ha sido la edil de Presidencia, Rocío Sánchez, que ha comenzado su intervención realizando un llamamiento a los jóvenes no solo de Roquetas, sino de toda la provincia dadas las últimas cifras de contagios. La concejal ha apelado a la vacunación como algo “importantísimo” para ir saliendo de esta pandemia, sobre todo, de cara a los próximos meses ya que el aumento de positivos podría suponer la imposición de más restricciones y, con ello, de consecuencias económicas para el entorno.

Rocío también ha hablado de la nueva lonja de Roquetas, la que considera su “niña pequeña”. Se trata de un proyecto que estaba solicitando el sector pesquero desde hace muchos años y que en los próximos días comenzará sus obras.

Los siguientes protagonistas han sido Juan Miguel Romo, miembro de la junta directiva de la Asociación de Autismo Dárata, y su hijo Manu. Ambos han venido para presentar una actividad que va por su sexta edición y que se está realizando con la colaboración del Ayuntamiento de Roquetas y el centro “Blue Surf Center”.

Los chicos, a través de esto, pueden realizar diferentes juegos y actividades acuáticas: catamarán, Kayak, toboganes de agua, etc. Para cada uno de los usuarios suele haber un monitor y, como ha afirmado Juan Miguel, “no es una actividad terapéutica” como tal, sino que lo que se buscaba era que "estos chavales tuvieran una actividad de ocio equiparada lo máximo posible a la que podría hacer un niño neurotípico".