Con el viaje de Juan Goytisolo por los 'Campos de Níjar' como excusa, la revista 'Viajes' de National Geographic dedica, en su último número, un reportaje sobre la provincia de Almería en el que destaca su "belleza natural".
A lo largo y ancho de más de 15 páginas, la periodista de viajes Kris Ubach recorre palmo a palmo la provincia haciendo un recorrido desde aquella Níjar narrada por Goytisolo y fotografiada por Aranda, pasando por Tabernas y su pasado cinéfilo ("y de todo ese glamur pretérito todavía presume este paraje al que, por cierto, fotogenia no le falta", plantea la fotoperiodista) y subiendo hasta el mismísimo Calar Alto, "desde donde se contempla la otra Almería, la verde".
"Quizás porque no salieron en las películas, o porque Goytisolo no habló de ellos en sus 'Campos de Níjar', estos paisajes almerienses no forman parte del imaginario colectivo", reflexiona Ubach en su recorrido por la provincia.
Serón, Tíjola, Bayarque, Purchena ("que fue la capital del reino rebelde de Abén Humeya", recuerda la periodista), Macael y el norte de la provincia con el Parque Natural Sierra de María-Los Vélez, "que con sus moles de piedra caliza y sus extensas arboledas presenta un paisaje muy distinto a lo visto hasta el momento", continúan una ruta intensa y extensa por la provincia hasta recalar en Pulpí, donde obviamente la geoda es la gran protagonista.
"Por debajo de Pulpí la tierra se encuentra con el mar y de nuevo, como decía Goytisolo, 'el paisaje se africaniza un tanto'", repasa Ubach, que continúa su ruta por Mojácar para perderse, por fin, en las playas de Cabo de Gata, "que tienen un aire de otro mundo".
"Convendría terminar la ruta en algún punto emblemático, uno de esos cuya visión, olor y sensaciones se nos peguen a la memoria como una lapa. Y en la bonita Almería ese lugar podría ser muchos. Podemos escoger una belleza natural digna de un repique de tambor como es el Arrecife de las Sirenas, ubicado a pocos metros de otro icono fotográfico, el faro de Cabo de Gata. Y aunque no sea en realidad un arrecife sino un conjunto de islotes y escollos volcánicos siempre enjoyados de espuma, el enclave regala una de esas estampas puras, sin artificios, como casi todo lo que ofrece esta provincia mediterránea", culmina la fotoperiodista, que termina citando de nuevo a Goytisolo:
"Por esto me gusta Almería. Porque no tiene Giralda ni Alhambra. Porque no intenta cubrirse con ropajes ni adornos. Porque es una tierra desnuda, verdadera". Y no podemos estar más de acuerdo.
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