Pansequito cantará “en su casa” el próximo martes

José Cortés considera Almería un cruce de Flamenco y amistad

Pansequito en una de sus inolvidables noches de cante en El Taranto (Foto: Archivo de la peña).
Pansequito en una de sus inolvidables noches de cante en El Taranto (Foto: Archivo de la peña).
Jacinto Castillo
11:48 • 21 ago. 2020

“Cuando vengo a Almería, vengo a cantar a mi casa”, dice José Cortés Jiménez, Pansequito que el próximo marte, 25 de agosto cantará en la Plaza de la Constitución, rodeado, seguramente, de muchos amigos. De los amigos que ha ido atesorando en tantos años de recitales en El Taranto y tantas noches inolvidable del Festival de Flamenco de Almería.



Dice Pansequito que “no se canta igual en todas partes. Aquí tengo muchos amigos y por eso canto diferente”. Confiesa que en algunas ciudades canta lo mejor que sabe, pero toda la magia termina al apagarse los focos. Pero aquí es diferente. “Cuando canto en Almería me voy un par de días antes y me quedo un día más, después de cantar”, deja claro con su elocuencia gaditana, con su sabiduría de flamenco por los cuatro costados.



Pansequito lleva más de medio siglo de cante, de escenarios y de vivencias flamencas compartidas con los artistas más importantes de este arrollador fenómeno que es ya Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y que resulta difícil sujetar dentro del fenómeno llamado Flamenco.



Por ejemplo, la amistad. Sería impensable el Flamenco sin el cultivo y el mimo en las relaciones de amistad. Pansequito cita una nutrida lista de amigos almerienses comenzando, claro está, por el Tío Lucas (Lucas López).  Y al hilo de este personaje inefable de la historia flamenca de Almería, el cantaor recuerda con cariño como Lucas López siempre le emplazaba a desayunar durante sus estancias en Almería a las diez de la mañana, “una hora bastante difícil para un cantaor”.



Tercero, después de Mairena y Camarón

Como todas las estrellas del firmamento flamenco, Pansequito ha tenido una especial relación con la Peña El Taranto. Aún recuerda cuando ganó el primer trofeo del Taranto sin saber que estaba optando a este galardón. Con orgullo difícil de disimular, recuerda que el suyo fue el tercero que se concedió, en 1985. Los dos anteriores lo recibieron Antonio Mairena y Camarón.


Pansequito fue el tercero del palmarés cuando este premio toda vía llevaba el nombre de Lucas López. Dos décadas largas después, en 2007, volvió a ganar este  Trofeo Peña El Taranto.  Su admiración por la peña quizás esté relacionada con su forma de entender el palo que le da nombre. Dice Pansequito que “el taranto tiene su estructura y su medida, pero siempre es posible recrearse si se conocen bien sus claves. A mi me gusta hacerlo. Canto por tarantos aunque no esté en Almería”.




Pansequito cantará en Almería acompañado a la guitarra por El Perla, que es uno de los mejores exponentes de la guitarra flamenca actual, consagrado a base de tocar  para voces como la de Antonio Núñez Chocolate o la de Fernanda de Utrera. 

Jóvenes



José Cortés es partidario de darle sitio a los jóvenes en el Flamenco. “Ellos tienen su ambiente  diferente del nuestro, de los más veteranos, pero lo que está claro es que hay jóvenes de mucho talento”,  asegura Rancapino que recuerda como los tocaores noveles lo pasan solo regular cuando tienen que acompañar a cantaores ilustres. Pero ahí están. 



Hablando de jóvenes talentos el cantaor gaditano cita a José del Tomate, el hijo de Tomatito, con el que le encantaría tener la experiencia de que la acompañara al toque.


Pansequito cantará por tarantos muy probablemente. Y no solo por que canta en Almería, como suele ser costumbre de muchos cantaores. A Pansequito este palo le encanta porque supone la posibilidad de aportar su propia creatividad.

Tercer recital

El recital del martes que viene será el tercero de Pansequito a lo largo de los últimos meses últimos meses marcados por la COVID-19. Ha pasado antes la largura de su cante por Málaga y por Granada. Solo dos citas de una veintena larga que ha tenido que cancelar por el confinamiento y por las medidas de seguridad derivadas de la pandemia. Una experiencia ésta de las suspensiones que también ha padecido su mujer, la insigne cantaora Aurora Vargas.


Pansequito asegura que no ha conocido nada parecido a esto en su dilatada carrera profesional. Recuerda que alguna vez ha vivido la suspensión de un festival que se celebraba al aire libre, por culpa de la lluvia. Nada que ver con esta situación


Pansequito tiene la sal de Cádiz en su manera de explicar las cosas y kilómetros y kilómetros de cante en la trastienda, porque ha conocido en primer plano más de medio siglo de flamenco y de cultura flamenca.


Cantar Flamenco no consiste solo en sentarse en la silla de anea y arrancarse por alegrías. Está también todo ese apasionante y complejo mundo que rodea al Flamenco, que evoluciona pero que conserva un valioso tesoro que son sus raíces y quienes les dan vida. Un mundo de exigencias por parte de la afición, que Pansequito comprende: “la gente viene al cante a divertir y por eso exige”. Más allá de su argumento está siempre el tremendo compromiso que supone ser Pansequito. Ser un grande entre los grandes del Flamenco.


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