Detrás de la pantalla (XVIII): “He perdido el tiempo”

“Si supieseis lo que perdéis sin decir ni hacer las cosas a tiempo, esperando a lo que pase... Y lo único que pasa son las oportunidades”.

Mira que hace unas semanas, ese maestro que es José Ramón Suárez me regañó levemente por deslizar en esta columna un sermón, pero lo del entrecomillado con el que arrancamos hoy es algo muy distinto.

Es un tuit publicado hace ya mucho tiempo por una de las personas más buenas del mundo, además de aprendiz de filósofa del siglo XXI y que, seguramente, prefiere seguir disfrutando del anonimato a pesar de que ya ha salido más de una vez en estas líneas.

La cuestión es, básicamente, algo tan clásico como no dejar pasar oportunidades ni perder el tiempo. Me recuerda eso, por cierto, a una columna de Risto Mejide publicada hace aún más tiempo y que tiene ese título: “He perdido el tiempo”.

Que nunca es tarde para darse cuenta de que has desperdiciado lo más valioso con otra gente o con uno mismo, venía a decir Mejide. Que mejor decir ‘te quieros’ cuando te apetezca, hacer regalos porque sí y no por compromiso y no tenerle miedo a muchas cosas. Si acaso, ser valiente y disfrutar del sabor amargo que te deja el temor justo antes de dar un paso adelante y hacer lo que tienes que hacer, sea lo que sea eso.

Decirle cosas bonitas a la gente a la que se quiere, disfrutar de la confianza de no tener que decir ‘gracias’ ni ‘perdón’, poner una canción en bucle, caminar en buena compañía hacia ningún sitio en concreto y poco más hay que hacer para, al menos, esquivar la sensación de haber perdido el tiempo y las oportunidades. Porque la vida es eso: pasear y poco más. El ‘dónde’ es lo de menos, pero el ‘con quién’ puede serlo todo. Así que la oportunidad de pasear con ese alguien en quien estás pensando no la desaproveches, de verdad.

Desde luego, esta columna no nació para dar sermones y repartir lecciones que nadie ha pedido, pero hoy quizás sí que podemos dejar clara de una vez por todas algo importante: hay dos cosas que, cuando se van, ya no vuelven y son el tiempo y las oportunidades. La suerte la tienes cuando te das cuenta y puedes decir “He perdido el tiempo”. Y dejar de hacerlo. Como si nada. Como si todo.