Un pregón providencial: Mª Jesús Mata hace historia en la Semana Santa de Toledo

Lo de María Jesús Mata con la Cofradía Hermandad del Santísimo Cristo de la Humildad de Toledo ha sido cosa de “la providencia”. Eso le gusta pensar a esta almeriense, que acaba de hacer historia en la Semana Santa de la ciudad manchega al convertirse en la primera persona que pronuncia un pregón en una hermandad en concreto (allí solo se estila realizar el general de la Agrupación) y no en cualquiera, ya que ‘la suya’ suma un total de 400 hermanos.

La historia de cómo una joven de Almería ha sido merecedora de este “honor” si no con la providencia, sí ha tenido que ver con una serie de ‘benditas’ casualidades y con una fe que ha movido montañas desde que una Nochebuena de hace varias décadas -prefiere guardar silencio sobre su año de nacimiento- una negligencia médica le cambió la vida al causarle una discapacidad física que la limita a la hora de moverse.

Esa fe la llevó el pasado 9 de noviembre a buscar una iglesia en Toledo, que terminó siendo la conventual del Monasterio de San Juan de los Reyes. Entonces no sabía que ese sábado se celebraba una misa de hermandad y que, al finalizar la eucaristía, la emoción que demostró frente a la imagen del Cristo de la Humildad cambiaría para siempre la historia de la Semana de Pasión toledana.

“Me gusta pensar que ha sido un encuentro providencial porque dio la casualidad de que fuimos a parar a esa iglesia, que en Internet la hora de inicio de la misa estaba equivocada y se me ocurrió llamar y, gracias a eso, llegamos a tiempo y que, al final, nos fuimos a la capilla y cuando fui a besar al Cristo, un hermano sacó una estampita y me la dio pasándola antes por la imagen”, confiesa Mª Jesús Mata.

A partir de entonces, se forjó una amistad a través de las redes sociales que en enero se materializó en la invitación a pronunciar el pregón y este fin de semana se ha completado con el acto en sí. “Allí no hay tradición de hacer un pregón por hermandad y este año ha sido excepcional, me vieron allí con tanta fe que el público se entregó, quiero pensar que ha sido el Cristo de la Humildad el que me ha elegido a mí”, subraya la joven.

A través de la palabra
No es la primera vez que esta almeriense exhibe su devoción a través de la palabra. “He sido pregonera en mi pueblo, Canjáyar, en tres ocasiones: en 2009 la primera de Semana Santa, en 2013 de las fiestas y en 2015 de la Hermandad de la Santa Cruz del Voto”, expresa a LA VOZ con orgullo María Jesús Mata.

“No apostaban por mí cuando nací, decían que me iba a quedar hecha un vegetal y gracias a la Medicina, a mis padres y a mí, que no hemos parado de luchar, estoy como estoy: con mi pequeña limitación, pero con una vida plena”, añade.

Licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales, Mata asegura que su etapa más feliz ha sido la de estudiante: en el colegio e instituto de Canjáyar, primero, y en la Universidad de Almería (UAL), después, donde nunca marcó la casilla de ‘discapacidad’ en la matrícula porque quería que la trataran igual que al resto. “No quería que me tratasen entre algodones, me he pegado golpes y me he levantado y para adelante; que me hago daño, pues me hago daño, pero yo sigo”, señala.

Distinguida por la Junta en 2015 con la Insignia de Andalucía a nivel personal, por la Diputación con la Medalla de lo Social y por el Ayuntamiento de Almería con un reconocimiento por el Día de la Mujer Trabajadora, la joven afirma que si volviera a nacer, no se cambiaría por nadie.

“Estoy hecha un trasto del cuello para abajo, pero la cabeza la tengo perfectamente y con mucha alegría y ganas de vivir y de ayudar a los demás, sobre todo a mi colectivo, al que me siento muy orgullosa de pertenecer”.