Almería, luz y embrujo

La luz cautivadora de Almería y la sensibilidad de un pintor de la tierra, José Mario Sarabia

Una de las obras de Sarabia.
Una de las obras de Sarabia. La Voz
Mar de los Ríos
20:43 • 22 sept. 2018

Del 4 a 27 de septiembre cuelga de la sala de exposiciones de la Biblioteca Villaespesa la obra de un pintor almeriense de consolidada trayectoria, José Mario Sarabia Jurado (Almería, 1959), en torno a los paisajes de nuestra tierra. Aunque sus estudios son de maestro industrial en electrónica, su inquietud pictórica la alimenta desde la adolescencia, donde traza su primer lienzo, practicando con éxito desde entonces el oleo y la acuarela fundamentalmente, llevado por su pasión artística.



Almería, luz y embrujo



Bajo este título tan evocador el pintor aúna veinticinco obras que reflejan paisajes inconfundibles de Almería y provincia, así como estampas urbanas y rústicas sacadas desde cualquier rincón de nuestra tierra y que podrían ser el escenario vital de todos nosotros. Sus temas estrella quedan representados en tres pilares fundamentales, donde se aprecian las influencias de los maestros de cabecera este artista como pueden ser: Sorolla, Dalí o Visconti, en especial en su tratamiento de las denominadas estampas marinas.



El agua



Su representación marinera quizá sean los cuadros que más proliferan en la exposición. Queda fijada en las pinturas una pátina de nostalgia y serenidad claramente reconocible para los almerienses y donde descansa el embrujo de la luz de Almería. Con esta constante encontramos cuadros tan potentes como:  ‘El cable Inglés’, ‘La Playa de Mónsul’, ‘El puerto de Adra’, ‘El Puerto de Roquetas’, ‘El puerto de Aguadulce’, ‘El faro de Cabo de Gata’ y alguna de sus playas o ‘Un embarcadero a contraluz’. El que más me conmueve de esta serie es el de unas barcas pesqueras a punto de salir a faenar o de vuelta de su cometido, donde casi se puede verlas bailar entre las ondas de la luz suave y salada, en medio de su merecido descanso. En este último las sombras de las barcas en el agua están tratadas de manera notable con gran profusión y maestría a través de las acuarelas, como en toda la serie.



La arquitectura urbana



Tenemos estampas magnificentes, como la representación de ‘La Catedral de Almería’ desde un ángulo colosal donde se aprecia el trabajo de la representación de las bóvedas nervadas, en contraposición con la perspectiva del suelo dameado; la modernista  e icónica fachada de ‘La Estación del Ferrocarril’, pasando por la famosa estampa de ‘La Calle del Arco’, ‘El cañillo de la Puerta Purchena’ y la propia imagen urbana y actual del corazón de Almería con una luz casi nocturna. Pero para mí el más evocador es el retrato de una vieja puerta de cristales con arco rebajado, rodeado de paredes ruinosas, que parece la entrada a algún comercio ya inexistente y que transporta al espectador a otras épocas, a escuchar voces pidiendo quizá azúcar o lentejas en papel de estraza.



El campo y sus gentes

Las estampas agrestes de los paisajes de los campos de Níjar quedan representadas en esta exposición, aportando el contrapunto de panorámicas de interior a toda el agua de los puertos visitados a través de los pinceles del maestro Sarabia. Los primeros planos de las pitas en los campos de Rodalquilar, Sierra Alhamilla, la estampa de pastores de hoy en día a las puertas del cortijo o una anciana con sus gallinas, nos llevan a jugar al escondite por los rincones de los pueblos almerienses y asomarnos a los cuadros de tonos amarillentos de nuestras montañas, siempre con el ánimo colgado de una sonrisa infantil y desde el quicio de la construcción rural de otros tiempos. En esta serie es donde se explaya con la representación humana que, curiosamente, no trata en sus paisajes de costa ni en los urbanos, como si la autenticidad del alma humana la sintiese en el campo.


Retratos

Hay cuatro retratos abstractos en blanco y negro muy diferentes al resto de la exposición al lado del autorretrato de perfil y cuerpo entero del artista, que recuerdan a Picasso, así como una serie de tres retratos de toros que nos transportan a Goya, todo ello con sello propio. Los retratos de medio cuerpo que representan empleos antiguos en acción, como por ejemplo, un segador con su hoz, podrían evocar a Velázquez. Los retratos culminan el muestreo de lo que J. Sanabria puede llegar a transmitir, toque el palo que toque.


En definitiva, la exposición Almería, luz y embrujo está destinada a ser nuestro primer paseo por las propuestas culturales de esta nueva temporada, que seguro nos proporcionará esa energía positiva que necesitamos para asumir nuevos retos, para recordarnos la belleza de la sencillez y la sofisticación que contiene nuestra tierra y que por cotidianas olvidamos contemplar con ojos de sentimiento, de luz. Beber de su hermosura en directo y/o través del arte será su elección. Enhorabuena, J. Sarabia.


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