Triunfos a pares

Lleno en los tendidos para presenciar la primera corrida de toros del abono de la feria de Roquetas, por Santa Ana, en tarde apacible en lo climatológico.

Los toros de El Pilar, muy cómodos de cara, con falta de casta y poder en casi todos, salvo el bravo cuarto.

Abrió plaza El Fandi, con un castaño aquerenciado y sin  fuerza. Tras un buen tercio de banderillas y un comienzo de faena vibrante de rodillas el toro solo admitió series de muletazos cortas y con medio viaje, El segundo del lote, el más terciado del encierro, resultó ser el más bravo y pronto de sus hermanos. El Fandi comenzó la faena en los medios de rodillas toreando en redondo. El toro se descubrió como un toro pronto en los cites, con fijeza y repetidor. Lo entendió perfectamente el granadino que le dio los tiempos que le dio al toro lo que este necesitaba, y el público llegó a pedir el indulto  que se quedó en un pañuelo azul de vuelta al ruedo.

Manzanares quedó casi inédito con su primero, manso y deslucido, mientras que le cambió la suerte con su segundo, un toro con calidad en la embestida pero muy poco carbón en la caldera. Series de tres y el de pecho con un toro que se abría en la muleta y dejaba descolocado al matador que, dicho sea, tampoco se esforzó por colocarse y cargar la suerte. La dulzura y la suavidad fueron las armas de un Manzanares que, ahora si, dejó un espadazo en todo lo alto que le valió dos orejas.

Andrés Roca Rey llegaba a Roquetas envuelto en una enorme expectación. El primer toro, otro toro remiso a la embestida fue mejorando en la muleta del matador a base de dejárselo llegar a la taleguilla y desengañarlo el descastado animal aguantó varias series, de uno en uno, muy meritorias. En el sorteo tuvo más suerte el toro que el torero. Condiciones similares las del toro que cerró plaza. Complicado para la cuadrilla, sin fijeza en los capotes, sin entregarse  fue de menor a mas en la muleta  a base de la muleta adelantada  la mano baja, sometiendo al toro que finalmente permitió el toreo del peruano.