La sombra eterna de Pérez Siquier

El fotógrafo almeriense expone 45 autorretratos en el Museo de Arte de Almería

Pérez Siquier y el director del museo delante de dos fotografías de la nueva exposición.
Pérez Siquier y el director del museo delante de dos fotografías de la nueva exposición. La Voz
La Voz
07:00 • 24 jun. 2018

“Puedo desaparecer yo, pero quería dejar mi sombra por los espacios cotidianos en los que yo vivo”. Así describe Carlos Pérez Siquier (Almería, 1930) la intención detrás de la exposición ‘Mi sombra y yo’ inaugurada en el Museo de Arte Doña Pakyta de Almería. Se trata de una serie de 45 autorretratos realizados por el fotógrafo almeriense en 2015 con la particularidad de que lo retratado es su sombra, proyectada en paisajes y objetos de su entorno cotidiano.



El director del Museo de Arte, Juan Manuel Martín, señala que se trata de “un conjunto de autorretratos vivos en el que caben casi todas sus anteriores propuestas en color, especialmente aquellas en las que pusiese en juego su particular visión irónica del mundo” mediante singulares “encuadres, sobre objetos y acciones cotidianas que para la inmensa mayoría pasan desapercibidas”.



Parapetado tras el objetivo de su pequeña cámara digital automática, Pérez Siquier muestra que la suya, a pesar de sus más de sesenta años de profesión, es “una carrera de fondo inspirada en la búsqueda y el asombro constante de una mirada limpia que siempre ha rehuido de artificios técnicos o tecnológicos”, añade el director. Se trata de una muestra producida por la Fundación de Arte Ibáñez Cosentino que forma parte de la programación del Área de Cultura, Educación y Tradiciones del Ayuntamiento. Se podrá visitar hasta el 16 de septiembre. 



Procedimiento
El Premio Nacional de Fotografía en 2013 detalla que “la idea me surgió con motivo del paso de los años. Pensé que mientras estuviera de pie, erguido, vivo, se proyectaba mi sombra, cuando desaparezca o esté yacente no”. Así, proyectó su sombra sobre “paisajes, dentro de la casa, en la playa, de manera que formara parte del entorno en el que me ha tocado vivir”. Un concepto que invita a la reflexión reposada más que al disfrute de otras obras más coloristas.



En cuanto al procedimiento, pese a ser el primer proyecto íntegramente digital de Pérez Siquier, en la práctica ha sido como trabajar en analógico. “Lo hice con una pequeña cámara digital que me permitía hacer experimentos sin manipulación ninguna. Me gusta que la foto huela a fotografía. La cámara digital la ponía en automática y era como una analógica. Lo hacía a través del visor ocular, no con la pantalla. Por ética, hacía la foto y no comprobaba cómo había quedado, sino que no la veía hasta llegar a casa y entonces valoraba si había acertado o no, como antes cuando tenías que esperar dos días a que viniera revelada”. Una auténtica vuelta de tuerca del paso de lo analógico a lo digital del eterno fotógrafo almeriense Carlos Pérez Siquier.



“Acentuar un color, dar más luz donde no hay... son facilidades para el mal fotógrafo”
 En la presentación de la exposición ‘Mi sombra y yo’ que permanecerá en el Museo Doña Pakyta hasta el 16 de septiembre, Carlos Pérez Siquier considera que las facilidades que ha dado la manipulación digital abre una puerta de la que a veces se abusa. “No manipulo las fotos ni antes ni después; que el sistema digital lo permite… suprimir, acentuar un color, dar más luz donde no hay… Son facilidades que se le dan al mal fotógrafo. El fotógrafo debe jugarse el tipo, saber y tener antecedentes”. Cabe recordar que la exposición presente en el Museo de Arte es el resultado del primer proyecto elaborado íntegramente de forma digital por parte del reconocido fotógrafo almeriense Carlos Pérez Siquier, que también se ha referido a las consecuencias de la llegada de lo digital a este arte y de las herramientas que acompañan a esta reciente revolución.






“Todo lo que en arte se democratiza, se banaliza, y todo el mundo se cree artista. Yo no me considero artista, sino un observador de la vida cotidiana y trato de tener un lenguaje personal que es lo que me ha podido dar una cierta categoría”. Para el fotógrafo almeriense, desde “un punto de vista exigente, tienes que tener en el cerebro un conocimiento del arte, pintura, arquitectura, que aparece de alguna manera cuando haces la foto”, concluyó durante la presentación.


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