Frontera de cordura

Manuel Martín Cuenca mantiene un coloquio con el público tras la proyección de 'El autor'

Manuel Martín Cuenca, en un Teatro Cervantes lleno.
Manuel Martín Cuenca, en un Teatro Cervantes lleno. Enrique Iznaola-Unicaja
Mar de los Ríos
18:21 • 21 mar. 2018

El ciclo de Encuentros con Directores de Cine, organizado por la Fundación Unicaja, reanudaba el martes pasado en el Teatro Cervantes su programación en Almería, con el director Manuel Martín Cuenca y su película ‘El autor’. Ganadora de dos Goya y del premio del jurado del Festival de Toronto, ha sido una de las revelaciones de la cartelera española de esta temporada.




La película
Es una adaptación cinematográfica de la novela ‘El móvil’, de Javier Cercas. En ella se narra el afán de un aprendiz de escritor, Álvaro (Javier Gutiérrez), por elaborar una gran novela. El viaje que emprende el protagonista tras separarse de su mujer, Amanda (María León), reconocida autora de bestseller, arranca el drama satírico de este disparatado proceso creativo, donde el fin justifica los medios. Y después de verla cuatro veces me sigue maravillando. Intuyo que el tiempo hablará por ella mejorando aún más las impresiones que han causado en el público, convirtiéndola en un clásico.




Después de la proyección, tener al director, a Martín Cuenca, frente a nosotros para responder a nuestras preguntas, dispuesto a compartir anécdotas sobre el proceso creativo, simplemente ha sido un lujo del que les doy cuenta en este paseo.

Sátira sobre el creador 
Lo primero es el móvil, que le proporciona la novela de Cercas. Es decir, la excusa para elaborar desde una novela, una película que, conservando aquella esencia, sea finalmente otra cosa. Y ese germen lo encarna la obsesión del afán del artista; la pasión y la pulsión sobre la realidad obsesiva de trabajar muy duro por crear, y al mismo tiempo reírse de esa seriedad que nos imprimimos a nosotros mismos. “Necesitaba esta película de evolución del éxito, buscando otro registro que no había trabajado como director”.




Pátina vintage
Está rodada en formato antiguo (1:66) para imprimir atemporalidad. Además, la dirección de fotografía queda a cargo de Pau Esteve, el  mismo director de su anterior éxito: ‘Caníbal’. Estos son los pilares de la pátina vintage perseguida. La meticulosa decoración se revela también como un elemento humorístico muy potente. Manuel nos desmenuza el proceso creativo teatral para contextualizar cada escena,  reflejo del interior de los personajes. Nos habla de las reuniones de color del equipo para, como en un cuadro, aportar cada uno su pincelada. Resalta con ello la dirección de arte como una parte muy importante de su trabajo como director, resultado final de la representación irrealista  de la psicología los personajes.  






Secundaria primaria
Durante la charla, de la actriz de la que más se habla es de Adelfa Calvo, convirtiéndose a todos los efectos como la  secundaria-primaria. Martín Cuenca deja escapar su admiración sobre el personaje de la portera, que Adelfa borda, y nos desvela detalles del enriquecimiento del mismo, como por ejemplo, que cante en un karaoke. “Ella era mi Madame Bovary desde la sátira”.   



Música extradiegética
La música es fundamental en una película. Nos explica: “Quería trabajar con un músico no profesional de cine para no llevar el discurso cinematográfico hacia lo obvio. Quería un gran músico, pero que no tuviese interiorizado ese discurso diegético. Y el nombre adecuado llega a raíz de una anécdota que me pasa en Almería. En unas vacaciones entró en un pub de El Ejido a comprar tabaco. Allí encuentro a dos señores adultos a las cinco de la tarde, que probablemente vendrían del invernado, con su cacharro (su cubata) en la mano, cantando en el karaoke una canción de Roberto Carlos, perfectamente sincronizados, pasándose el micrófono en estrofas alternas. Me fascinó esta toma y quise que eso estuviese en la película. Y ponemos a cantar a la portera. Entonces surge la pregunta: ¿Y qué canta?  Pues la Pantoja.  Y encuentro: ‘Se me enamora el alma’. Yo no sabía que era de Perales. Esto yo lo interpreto como una llamada del destino y le propongo a Perales que haga la música de la película. Era un reto para él y para mí. Cuando me dicen: ‘es que nunca lo he hecho’, yo contesto: ‘contratado’. No hay mucha música, al principio, al final y una música muy medida en el desarrollo de la historia. Justo lo que quería: música extradiegética.




Procesos artesanales
Manuel nos revela el proceso que ha supuesto que la película tenga ese punto artesanal, alejado lo más posible del efecto digital. Esto supone incrementar en mucho el gasto, pero ha conseguido el producto final que pretendía, donde la manera de narrar en la introducción, los efectos de las sombras de los vecinos mexicanos sobre la pared del patio y aunque parezca mentira, los títulos de crédito, arropan la historia con el tono buscado.


Y compartimos curiosidades de cada espectador para gozo de todos los presentes: el porqué de la elección de los magníficos actores mexicanos, Adriana Paz y Tenoch Huerta, de Sevilla en verano como otro personaje, de las personas cabales, del cotilleo como parte importante de la naturaleza humana, hasta llegar a la frase culmen de ‘El autor’: "Es genial, nunca se me hubiese ocurrido a mí este final".


Gracias, Manuel Martín Cuenca, por obsesionarte con tu proceso de semidiós y saber al tiempo reírte de él. Y sobre todo, por compartir con nosotros el brillo de tu emoción convertido en un impecable universo. Hasta el próximo.



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