El día que conocí a Stephen Hawking

`Me marcó su espíritu de superación, su generosidad, sus ganas de ser útil y de dejar un legado`

Pepe de la Rosa, a la derecha de la imagen, con el equipo de ‘Órbita Laika’ y Stephen Hawking. (Cortesía de Pepe de la Rosa)
Pepe de la Rosa, a la derecha de la imagen, con el equipo de ‘Órbita Laika’ y Stephen Hawking. (Cortesía de Pepe de la Rosa) La Voz
Pepe de la Rosa
22:31 • 15 mar. 2018

Cuando me ofrecieron trabajar de operador de cámara para el programa Órbita Laika para La 2 de TVE, uno de los alicientes que más me llamaron la atención fue que una de las personas que íbamos a visitar era Stephen Hawking. Aún hoy recuerdo, y hace de esto ya casi dos años, el viaje a Cambridge. 




Nos encontrábamos esperando su llegada en el interior de su despacho en la Universidad. Ya en los aledaños se respiraba un respeto inmenso, y aunque llevaba semanas mentalizándome para este encuentro, no era del todo consciente de dónde me hallaba. 




Cuando cruzó la puerta y lo vi entrar en su silla, tengo que reconocer que me puse algo nervioso, ¡estaba saludando a Stephen Hawking! Y lo que era más alucinante, ¡la voz programada en su ordenador me estaba devolviendo el saludo! Estuvimos un par de horas preparando la entrevista y realizándola; se le notaba algo cansado, pero su afán de compartir su conocimiento con nosotros era infinito. 




Lo que más me llamó la atención era la cantidad de fotos que tenía colgadas con personajes relevantes de infinidad de disciplinas; en concreto me hizo mucha ilusión ver una foto con los personajes de Big Bang Theory, unos cuantos fotogramas enmarcados de Los Simpson donde él aparecía e incluso colocado en su escritorio su muñeco simpsonizado. Se notaba que allá donde iba era muy querido. 




Le gustaba bromear mucho con Los Simpson; de hecho nos dijo que su personaje de ficción favorito era Homer. Pero lo que más me marcó fue su espíritu de superación, su generosidad, sus ganas de ser útil y dejar un legado, así como hacernos ver de, forma involuntaria, que la vida realmente merece la pena pese a las dificultades que ésta te ponga en el camino. No cabe duda de que ha sido una gran pérdida, a la vez que podemos estar agradecidos por su existencia. Se va un referente, nos interese la ciencia en profundidad o no. Y estoy seguro de que ha dejado un legado de un valor incalculable tanto a nivel profesional como personal. 




Pepe de la Rosa, almeriense, es director de fotografía por la ESCAC. Su primer largometraje con este cargo, ‘Casa de sudor y lágrimas’, de Sonia Escolano, está en postproducción. Ha realizado más de una quincena de cortos, así como publicidad y videos musicales






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