El regreso del sonido de La Invencible, la gran guitarra de Antonio de Torres

Declarada Bien Cultural de Interés Nacional, ha sido restaurada por Gabriele Lodi

Jordi Franco y Carles Trepat, con La Invencible en la casa-museo de  Torres en La Cañada, donde fue construida hace  133 años.
Jordi Franco y Carles Trepat, con La Invencible en la casa-museo de Torres en La Cañada, donde fue construida hace 133 años.
Guillermo Fuertes
21:31 • 16 sept. 2017

Es la única guitarra que ha sido declarada Bien Cultural de Interés Nacional. Sin duda, uno de los instrumentos mas importantes que construyó Antonio de Torres, el violero almeriense que, en la segunda mitad del siglo XIX, definió la guitarra tal y como la conocemos hoy. Y es un instrumento fascinante, musical e históricamente.




“Es que es singular entre los que construyó Torres”, dice Carles Trepat. “No tiene vocación experimental, precisamente, pero sí de entrar en ese nuevo siglo que se acercaba, el XX, y que quizá Torres ya presintió que iba a ser mas ruidoso que el suyo, y parecía que la guitarra exigía potenciar su sonido. Ese no era su objetivo, él buscaba la belleza del sonido, no la cantidad. Pero aquí se puso a prueba y los combinó maravillosamente. Casi nada. Esto es un reto para los luthieres de hoy”.




La Invencible, tal es su nombre, fue construida en 1884 y fue catalogada por José Luis Romanillos como la SE70. Fue una pieza destacada de la colección del concertista y compositor Federico Cano, y ahora es propiedad de Solera Flamenca, una empresa de Barcelona especializada en el universo de la guitarra.




El mejor
Solera Flamenca está formada por Carlos García Fortuny, guitarrista, y Jordi Franco Espada, gerente comercial. Cuando la adquirieron, la guitarra pedía una restauración. “Sobre todo en la parte trasera”, dice Carlos. “Ya había sido restaurada por los hermanos Yagüe, pero volvía a necesitarlo. Y decidimos que, por su importancia, no podía hacerlo cualquiera, debía ser el mejor”. Y el mejor es el italiano Gabriele Lodi.




Tras cumplimentar todo el papeleo para que la guitarra viajara, se fueron a su taller en Carpi, Módena. También contaron con la experta colaboración de Carles Trepat, un guitarrista que lleva mas 30 años tocando con instrumentos de Antonio de Torres, y es un gran conocedor de sus sonidos y sus características.




La guitarra sonaba bien, y Lodi decidió que no la abriría. La respetaría al máximo. Introdujo cámaras para revisarla por dentro, restauró la parte trasera con herramientas magnéticas y láminas muy finas, revisó los trastes, el puente y los demás elementos.




El resultado: La Invencible vuelve a ser un instrumento magnífico. La semana pasada vino a Almería para la grabación de una banda sonora... Pero esa ya es otra historia.





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