Crónicas del ayer: Rambo, acribillado a tiros en la calle de Las Tiendas

Era un vagabundo de nacionalidad alemana

Rambo, asesinado.
Rambo, asesinado. La Voz
José Ángel Pérez
20:12 • 17 ene. 2023

Un vagabundo de nacionalidad alemana Gert Bralls de 44 años fue abatido a tiros por la espalda la madrugada del martes 14 de julio de 1987 en la calle de Las Tiendas de la capital. Después de 35 años su asesinato sigue siendo un misterio sin resolver. No hubo detenciones en relación con su alevosa muerte y nadie reclamó su cadáver que fue enterrado días más tarde en el cementerio municipal.



El sujeto conocido por el apodo de “Rambo”, era un indigente borrachín y pendenciero, que llevaba casi un año afincado en la capital y traía “frito” a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad por sus continuados desmanes.



La noche de su muerte había sido detectado en las inmediaciones de la Plaza de la Catedral por un patrullero del 092 junto a otro vagabundo de nacionalidad austriaca, quien a los pocos días desapareció de Almería como por arte de magia.



Rambo fue uno de los reclusos que inauguraron la prisión de Acebuche en el verano de 1986, donde cumplió una corta condena por un robo cometido en una vivienda de Ciudad Jardín.



El asesino del alemán debía ir siguiéndole los pasos hasta buscar el lugar y momento oportuno para ejecutar su propósito. El sitio elegido fue frente a la droguería "Juanjo” en la calle de las Tiendas. “Rambo” cayó abatido de tres disparos de revólver calibre 38, según determinaron los agentes de la Policía Científica, una vez examinado el cadáver y recogidos los plomos de los proyectiles,



A juzgar por el aspecto que presentaban las heridas, los disparos fueron hechos a una distancia relativamente corta. Uno penetró por el costado izquierdo, otro en la región torácica que le partió el corazón causándole la muerte fulminantemente.



Unos vecinos de la calle, insomnes por el calor y el ruido de las detonaciones, informaron a la Policía Local sobre la presencia de un hombre tendido en medio de la calle rodeado de un gran charco de sangre.



Todos los indicios apuntaban a un ajuste de cuentas como el móvil del asesinato. Parece ser, que unos días antes, “Rambo” había sido detenido acusado de prender fuego y quemar deliberadamente el coche a un vecino de la capital, aunque el juez decretó su libertad, quizás ante la ausencia de testigos presenciales o de pruebas sólidas que lo incriminase en el caso. Lo cierto es que “Rambo”, esa misma semana había sido protagonista de numerosas alteraciones de orden público.


Una vez, durante la Semana Santa, en la plaza de San Pedro, el sujeto estuvo a punto de ser “linchado” cuando durante un desfile procesional, se puso a orinar al paso de una de las imágenes. Otra de sus “debilidades” era violentar y forzar los cajetines de las cabinas telefónicas, En su ficha policial le constaban un dilatado número de detenciones durante su estancia en nuestro país a donde había llegado cinco años antes.


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