Crónicas del ayer: espectacular tiroteo en Adra

Un oficial de la Guardia Civil recibió cinco balazos en el pecho

Condecorado el Teniente Alias.
Condecorado el Teniente Alias. La Voz
José Ángel Pérez
19:49 • 28 nov. 2022

2 de abril de 1985. Son las 10:15 de la mañana. Un patrullero del 091 recorre las calles de Pescadería. De pronto, uno de los agentes observa en la carretera de Málaga un desvencijado seat 127 ocupado por seis personas, que le infunde sospechas e insta a su compañero a identificar a las personas que van dentro.



En el vehículo cuatro hombres y dos mujeres, cuando súbitamente dos ellos salen del coche y sin mediar palabra atacan a los policías arrebatándoles sus armas y en segundos se meten en el coche comenzando a circular temerariamente por el laberinto de calles de la barriada.



El patrullero sale en su persecución por la calle Cordoneros y el conductor fugado va esquivando peatones y ciclomotores sin respetar señales ni otras indicaciones.



Los agentes cruzan el patrullero en mitad de la calle e inician a pie la persecución, ya que el Seat 127 entra en una calle con salida complicada.



Al poco tiempo una patrulla de la Policía Local hace acto de presencia en la calle. Los motoristas desconocían la situación, viéndose encañonados por los delincuentes con las pistolas robadas a los policías nacionales.



Inmediatamente dos de ellos huyen a pie por la calle Puntal desprendiéndose de la escopeta recortada mientras que los cuatro ocupantes del seat 127 escapan enfilando la carretera de Aguadulce.



Mientras tanto los dos delincuentes a los que se les perdió la pista, pistola en mano robaron el coche a un pescador en la calle Rosario obligándole a llevarlos hasta el centro, dirigiéndose al casco viejo apeándose en la calle Real frente Casa Puga indicándoles al conductor que siguiera su camino.



El control de la Guardia Civil para bloquear las salidas de la capital dio su fruto y a las 11 de la mañana el seat 127 fue interceptado en el cruce de Almerimar siendo detenidos sus ocupantes quienes no opusieron resistencia


Los dos individuos fugados, sobre las 10 de la noche alquilaron un taxi para dirigirse a Adra. Una vez allí tras deambular por las calles del puerto, se dirigieron a una vivienda de la calle Brasil, que desde el mes de septiembre habían alquilado las hermanas Encarna y Carmen M.


Los sujetos preguntaron en un bar cercano por unas forasteras conocidas suyas que vivían en esa calle, pero no recordaban el numero de la vivienda. A primeras horas de la mañana del día siguiente en las inmediaciones del paseo marítimo en furgonetas agrícolas e incluso en grupos de vecinos, 24 guardias civiles, la mayor parte de paisano y algunos uniformados, se iban colocando estratégicamente cerca de la calle Brasil.


Con el preceptivo mandamiento judicial, el teniente Alías fijó las 12´15 de la noche el momento de activar la operación. El oficial a la cabeza de un grupo de agentes tocó la puerta de la casa que una de las muchachas se encargó de abrir. Tras ordenar salir a los ocupantes tres mujeres y dos hombres acataron la orden saliendo brazos en alto. Una vez inmovilizados comenzaron a registrar el domicilio. Al llegar a uno de los dormitorios fueron recibidos a tiros por los dos fugitivos, que se habían ocultado entre unos muebles. En el cruce de disparos, murió uno de los delincuentes Juan González Galera y resultó herido grave el teniente Pedro Alías.


El oficial, recibió cinco balazos en el pecho, que no le afectaron ya que iba provisto de un chaleco antibalas aunque de los tres de los disparos recibidos, uno le rompió la femoral y precisó una transfusión de mas de dos litros de sangre, aunque tuvo suerte, ya que antes, uno de los delincuentes durante el tiroteo llegó a ponerle una pistola en la sien, que no se activó por tener puesto el seguro y tener vaciado el cargador.


El delincuente muerto, Juan José González Galera tenía 33 años y junto a Juan Francisco García Parra de 25 años, y dos semanas antes, el 15 de marzo de ese año se escaparon de la cárcel de


Jaén a punta de pistola, junto a otros dos reclusos más fueron relacionados con un doble asesinato cometido unos días antes en el caserío de Santa Isabel de la localidad jienense de Úbeda.


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