Muere el actor Juan Diego a los 79 años

El actor Juan Diego ha fallecido este jueves a los 79 años. Se adentró en el mundo de la interpretación con 15 años y con 18 interpretó Esperando a Godot, de Samuel Beckett, un trabajo que suscitó cierta polémica y que le hizo popular. Pronto empezó también a trabajar en televisión donde, además de actuar en el famoso programa de teatro Estudio 1, protagonizó alguna telenovela, recuerda la Cadena SER.

Destacó tanto en el drama como en la comedia y dejó una frase que resumía su esencia: "Los actores, si no actuamos delante del público, no existimos". En una entrevista a la SER en 2018, confesaba que cuando tenía un personaje miraba en su "yo interno para buscarlo".

En cine, protagonizó películas como Los santos inocentes, El rey pasmado, París Tombuctú y Vete de mí, El séptimo día, Dragon Rapide, París-Tombuctú y You’re the one. Más recientemente, participó en la serie televisiva de Los hombres de Paco.

Era académico y a lo largo de su carrera cosechó multitud de galardones entre los que destacan sus tres goyas (por El rey pasmado, París Tombuctú y Vete de mí), cinco premios al mejor actor en el Festival de Málaga, la Concha de Plata al Mejor Actor en el Festival de San Sebastián por su trabajo en Vete de mí y la Medalla de Oro de la Academia de Cine.

El mundo de la interpretación llora su muerte. De hecho, el actor Juan Echanove no ha podido reprimir las lágrimas durante su entrevista en Hoy por Hoy tras conocer la noticia de su fallecimiento: "Era el oficio y la dignidad", recordaba.

Comprometido políticamente

En 2018 fue nombrado hijo adoptivo de Sevilla pero desde hace años residía en Torrelodones (Madrid). Comprometido desde joven con la política, también quiso participar el movimiento que se creó en ese pueblo con la candidatura de Confluencia Ciudadana para la Alcaldía y fue uno de los firmantes del documento titulado Llamamiento de candidatura de confluencia ciudadana en Torrelodones, que animaba al voto para esa opción que finalmente ganó las elecciones.

En 1975 fue uno de los cabecillas de la huelga de actores que reivindicaba la reducción de la jornada laboral para los intérpretes teatrales y también se implicó activamente con el No a la guerra de la guerra de Irak en aquella ceremonia de los Goya que quedará para el recuerdo.