Cuando Pedro Sánchez ganó en Almería... con el Estudiantes

Hace algún tiempo, cuando ni se le habría pasado por la cabeza que un día presidiría el Gobierno de España, Pedro Sánchez era una joven promesa del baloncesto que se fajaba en la cantera del Estudiantes. Y de los muchos recuerdos que debe atesorar de aquellos años (jugó hasta que cumplió los 21) recuerda "con mucho cariño" uno que le trajo hasta Almería: su primer viaje con la cantera del equipo madrileño para participar en un torneo organizado por LA VOZ.

Así lo ha desvelado el secretario general del PSOE durante una entrevista concedida al diario 'Marca', que durante estos días va a hablar con los cinco candidatos para el 28A. 

"¿Cuál es el mejor recuerdo deportivo de su niñez?", le pregunta el diario deportivo, a lo que el presidente del Gobierno responde: "Recuerdo con mucho cariño un torneo de La Voz de Almería que ganamos y que además fue mi primer viaje con la cantera de Estudiantes (...) Fueron cuatro días inolvidables. Además era la primera edición del torneo".

Puede que sus críticos tengan muchas cosas que reprocharle pero, sin duda, Sánchez demuestra tener buena memoria. Según la hemeroteca de LA VOZ, el torneo al que se refiere se celebró a primeros de diciembre de 1988, cuando el líder socialista tenía aún 16 años. 

Efectivamente, este diario organizó la competición (primer trofeo 'La Voz de Almería' se llamó) que contó además con los equipos Mayoral, Puleva Granada y Cajalmería.

Los cuatro se enfrentaron durante tres jornadas en el Pabellón Municipal hasta que los madrileños, que hicieron pleno de victorias, se impusieron por la mínima (86-85) al cuadro de la caja almeriense. 

Según la crónica de aquel último y decisivo encuentro, firmada por el carismático periodista deportivo Ambrosio Sánchez, el hoy presidente del Gobierno saltó a la cancha en el cinco inicial de Estudiantes (entonces, Estudiantes Bosé, por su patrocinador) y anotó ocho puntos. 

Mucho han cambiado las cosas para Pedro Sánchez desde entonces. Por ejemplo, los viajes para él ya no son tan sufridos. "Cogimos un tren que tardaba ocho horas en llegar", apunta en la charla con 'Marca'. Ocho horas de 1988 que, al cambio, siguen siendo (algo menos de) ocho horas más de 30 años después. Para algunos, la vida sigue igual.