Carta a Barrios: así salió ayer tu Prendimiento

“En el ámbito social, que es lo que a ti te hacía vibrar, la Catedral era un hervidero”

El Cautivo, saliendo de la plaza de la Catedral antes de que se desencadenara la lluvia.
El Cautivo, saliendo de la plaza de la Catedral antes de que se desencadenara la lluvia.
Álvaro Hernández
00:50 • 14 abr. 2022

Hola, Juan Antonio. Querido Barrios. Antes de empezar, tengo que pedirte disculpas. En condiciones normales, habría tenido una bronca monumental contigo por atreverme a hacer la crónica de tu cofradía. Entiende que las circunstancias son las que son...



Nunca he creído en eso de que el cielo se ponga triste en días concretos, pero después de este Miércoles Santo no volveré a dudar.



Cómo contarte todo. Vamos a ver. La puerta de la Catedral se abrió un poco antes de las 18.10 horas (y el interior del templo se llenó de aplausos), momento en el que la cruz guía echó a andar. Para ese momento, el cielo se había abierto, el sol estaba fuera y los paraguas de los momentos previos solo un mal sueño. 



Si te acuerdas, ahora la puerta de la Catedral es el final de la carrera oficial, así que había cosas diferentes respecto al último Miércoles Santo. Por ejemplo, ya no había niños subidos entre las columnas de la fachada, y ahora hay sillas para los muchos que vieron a tu Prendimiento salir, mientras Carlos Galice lloraba emocionado. Qué pena que no fueran las últimas lágrimas del día.



Por cierto, es la última vez que el paso del Prendimiento sale a la calle sin dorar, y la primera vez que fue acompañado por las Lágrimas de San Fernando. Buena pareja esa.



Antes de salir, el nuevo obispo, que ya sabes que nos tiene a todos los cofrades ganados, dirigió unas palabras. Me quedo con estas: “Estoy feliz de estar con vosotros”. Y se nota que no lo dijo por decir.



En el ámbito social, que es lo que a ti te hacía vibrar, la Catedral era un hervidero. Sabes que salen con capirote azul el alcalde y el diputado provincial Fernando Giménez. Y el presidente de la Agrupación, Isaac Vilches. Por allí estaban también Javier Aureliano García y otros diputados provinciales, además de representantes de la Legión que acompañaban al Cautivo.



Lo cerró todo la Merced, con esa salida tan a la épica que hace el palio bajo el que tantos años has vestido tú a la madre de Dios. 


Y hasta ahí, todo bien. Pero el chispeo se te fue de las manos y todo se precipitó para volver pronto a casa por el camino más rápido.


Allí me los crucé a todos.  Juanjo Leal, Rafa Soriano, Patricia Rodríguez, Marian Quero, Isaac... Aquello se convirtió en un mar de lágrimas.


¿Y sabes qué, Barrios? Nadie les ha echado en cara lo que hicieron. Porque salieron con un sol espléndido y tenían que hacerlo, tras dos años de pandemia. Y volvieron a casa minimizando el riesgo para el patrimonio artístico y humano. Ya vendrán otros Miércoles Santos, ¿sabes? Aunque, ahora que caigo, como decías siempre que te contaba algo, tú todo esto ya lo sabías. Te echamos de menos.


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