Turre está situado en una zona privilegiada, a medio camino entre lo rural y la costa, un enclave que le ha hecho ser objeto de deseo de muchos británicos o alemanes que ven en esta localidad levantina un lugar idóneo en el que pasar su jubilación. Este nuevo perfil de vecinos que están llegando a la localidad la están haciendo crecer y, desde el Ayuntamiento, quieren potenciar el sector servicios para que el pueblo continúe suscitando el interés de la gente de fuera.
“Somos un pueblo que tiene mucho comercio de restauración y pequeños profesionales que trabajan como autónomos y se dedican a brindar servicio a toda la comarca. Trabajadores especializados en mantenimiento de jardines, construcción o restauración a los cuales queremos ayudar”, señalan desde el Consistorio.
Con una agricultura y una ganadería casi inexistentes, el futuro económico de Turre pasa por alimentar este sector servicios del que tantos vecinos del municipio viven. “En el futuro, queremos incluso poder formar un polígono industrial que aglutine a estas empresas”, cuentan en el Ayuntamiento.
Construcción
El municipio cuenta con una gran posibilidad de ampliación gracias al mucho suelo disponible que tiene en sus inmediaciones. “Somos conscientes de que estamos cerca de la costa y llamamos la atención del extranjero que viene a nuestro país a disfrutar de su jubilación. Por eso, estamos potenciando que estos terrenos puedan construirse”, explican.
Además, el 80% de Turre es rural y está declarado como Red Natura 2000, lo que está aprovechando el Ayuntamiento para implantar senderos y promover actividades de ocio en la naturaleza que complementen al sol y playa.
Jordi Pallarés Vives: Se jugó su integridad durante la pandemia
La labor desinteresada que Jordi Pallarés, miembro de Protección Civil de Turre, llevó a cabo durante la pandemia, atendiendo a las personas que lo necesitaban y arriesgando su integridad junto a todos los voluntarios, nunca se olvidará en el municipio. Jordi hacía la compra a muchos vecinos, repartía mascarillas, recogía la basura de personas que habían dado positivo y llevaba a cabo todo tipo de atenciones a los vecinos del pueblo en una época en la que se llegó a la cuarentena de casos, un número altísimo para un municipio tan pequeño. Pero con gente como Jordi todo fue más sencillo.
Turre es, por tanto, un municipio plagado de posibilidades que permite disfrutar de la costa sin la necesidad de sentir la masificación de los meses estivales, en un entorno tranquilo que muchos eligen para pasar la etapa más placentera de su vida. Eso no es casualidad.
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