Rubi vuelve al lugar del éxito

21 de mayo de 2018, una fecha inolvidable para el míster

Rubi celebrando el ascenso con el Huesca en el Anxo Carro, en Lugo.
Rubi celebrando el ascenso con el Huesca en el Anxo Carro, en Lugo. LaLiga
Carlos Miralles
11:39 • 19 ene. 2022 / actualizado a las 11:49 • 19 ene. 2022

El entrenador de la UD Almería, Joan Francesc Ferrer Sicilia, Rubi, vivirá en el Anxo Carro un partido especial. Seguro que al catalán se le vendrá a la cabeza la celebración del ascenso con el Huesca en la temporada 2017-2018. Los azulgrana visitaron al Lugo el 21 de mayo de 2018 y se impusieron con goles de Álex Gallar y Jorge Pulido, consiguiendo matemáticamente el acceso a la máxima categoría del fútbol español.



Aquel Huesca arrasó en Segunda con unos números espectaculares. Precisamente, y por caprichos del destino, si los oscenses subieron en el Anxo Carro, el Almería también se salvaría unas semanas después en ese mismo campo. El once de Rubi fue: Remiro (Santamaría, min.27); Alexander González, Jair Amador, Pulido, Brezancic; Melero, Aguilera, Gallar, Moi, Ferreiro (Sastre, min.59); y 'Cucho' Hernández (Chimi Ávila, min.81).



Liga sobresaliente



La Liga de Fútbol Profesional felicitó al club de El Alcoraz por un nuevo ascenso a Primera División, esta vez con Rubi sentado en el banquillo. Así eran las publicaciones en una noche para el recuerdo: "Huesca entera está de celebración este 21 de mayo de 2018, un día histórico para la ciudad. Su club, la SD Huesca, logró el ascenso a LaLiga Santander después de superar al CD Lugo en el último encuentro de la jornada 40 de LaLiga 1l2l3 y la próxima campaña jugará por primera vez en su historia en la máxima categoría del fútbol español".



Ha sido una campaña magnífica para el conjunto oscense, en la que ha demostrado ser el conjunto más regular de una categoría tan complicada como LaLiga 1l2l3, algo que constata el hecho de que en 23 de las 40 jornadas disputadas hasta ahora el Huesca ha estado en puestos de ascenso directo.



Solo una racha de ocho partidos sin ganar entre las jornadas 27 y 33 puso en peligro algo que parecía prácticamente seguro durante todo el año: que el Huesca iba a conseguir una plaza entre los veinte mejores equipos de la Liga Española.





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