Ahora que todo el mundo habla del recibo de la luz es tiempo de reflexionar sobre esos campos de la Liga Profesional con los focos a toda pastilla a las cuatro de la tarde a pleno sol con los clubes tiritando y la LFP controlando el gasto de los clubes y el tope salarial.
Si a esto le unimos los partidos a las 22 horas como el del reencuentro del Almería ante su afición uno se plantea ¿Quién pagará el recibo de la luz? porque vale una pasta un partido en el Mediterráneo. Lo pague Turki o lo pague Pacheco.
Si todos vamos por el ahorro de la energía, por mucho LED que le pongan al Estadio el gasto va a ser enorme en la medida que nos pongan los partidos el lunes o el viernes por la noche. Antes se jugaban todos los partidos a las cuatro y media ¡Qué tiempos!
Nuevos horarios
Desde que el fútbol se hizo tan profesional los horarios han cambiado hasta el punto de ir un partido detrás de otro. Vale que los podemos ver todos pero hay que pensar en el gasto que genera tener una instalación encendida a pleno sol.
Habrá que ir cambiando y ahorrando dinero hasta del recibo de la luz porque los clubes están tiesos y la Liga lo controla todo para que no haya déficit y los números sean azules.
Quién paga la factura
Muchos clubes juegan en campos municipales y tienen convenios con los ayuntamientos pero da igual lo pagan todos los vecinos les guste o no el fútbol. Hay que tener presente que las nuevas tarifas van a obligar a cambios para todos: incluido el fútbol.
Por mucho dinero que tenga el presidente del Almería el gasto es enorme con las nuevas tarifas y a medida que baje el calor no estaría nada mal que los horarios se vayan adaptando un poco porque: menuda pasta.
Por los niños y los abuelos
Siempre que juega el Almería por la noche me acuerdo de los niños si tienen colegio al día siguiente y de las personas mayores que llevan un ritmo de vida diferente y se quedan en casa sin poder ir al Estadio para ver a su Almería.
El futbol se transmite de generación en generación y con los nuevos horarios de la LFP igual lo ven en la India y en Pekín de maravilla pero estamos perdiendo esa transmisión natura de padre a hijo y de abuelo a nieto. Una pena. Los niños en casa y los abuelos también.
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