Alhabia, la tradición hecha pueblo

La cerámica artesanal y las casas cueva son dos de los elementos identificativos del municipio

Imagen del pueblo de Alhabia.
Imagen del pueblo de Alhabia. La Voz
La Voz
07:00 • 28 feb. 2021 / actualizado a las 07:00 • 12 mar. 2021

La artesanía tradicional de Almería y las clásicas casas cueva convergen en un pequeño municipio almeriense situado en la comarca del Valle Medio Andarax, concretamente en Alhabia. Su confluencia con el río Nacimiento Andarax hacen de sus terrenos propios de vega, cultivados en su mayoría por cítricos y algunos parrales. Por otro lado, sus alrededores están predominados por las tierras áridas de escasa vegetación.



De esta manera, Alhabia se convierte en un pequeño rincón de la provincia lleno de lugares especiales que sorprenden a todos aquellos visitantes que se adentran entre sus calles. El pueblo, cuyo origen está en una alquería árabe, se sitúa en el centro de un amplio paisaje agrícola, principal actividad económica del municipio. Entre sus zonas a destacar, resalta el monumento dedicado a la Mujer del Farmacéutico Rural, una estatua protegida por un portón de hierro, seis columnas y multitud de rosales, que representa a la persona de Carolina Yedra y Rittwagen.



Por otro lado, también podemos encontrar la iglesia barroca de San Juan Evangelista. Un templo decimonónico y verdadero guardián del pueblo. Su esbelta figura siempre está presente en las miradas de los viajeros que pasan por el pueblo siguiendo el camino mozárabe hacia Santiago. Tampoco podemos olvidar una de las maravillas más características de Alhabia como es el barrio de las casas cueva, unas construcciones adentradas dentro de las rocas desde donde se pueden divisar las mejores vistas del pueblo. Alrededor de éstas se pueden observar chimeneas, incluso eras, que le dan un toque aún más mágico si es posible.



Cerámica artesanal Pero si de algo puede presumir Alhabia, es de su larga tradición alfarera llena de artesanos expertos y minuciosos que convierten la cerámica en auténticas obras de arte. Una tradición con toques de modernidad que buscan día a día hacer de los elementos cotidianos una creación diferente. Así, a los clásicos platos, tazas y jarrones, se suman otras obras decorativas llenas de color y con una forma visual capaz de impactar positivamente a cualquier turista.



En definitiva, se trata de un municipio almeriense que no deja indiferente a ninguno de sus visitantes. Un lugar en donde la mejor opción es perderse y dejarse llevar por sus calles llenas de tradición y alegría.  







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