Las plazas del Centro Histórico de Almería

Tras el derribo de las murallas que rodeaban la antigua ciudad de Almería, a partir de 1855, el urbanismo laberíntico de calles estrechas y sinuosas que jalonaba el actual centro histórico dio paso a una serie de nuevos espacios abiertos, las actuales plazas de Almería Ciudad.

Durante finales del siglo XIX, una nueva clase social, la burguesía, fue reordenando y sustituyendo las antiguas casas encaladas, sin decoración ni apenas ventanas por suntuosas fachadas de viviendas colmadas de rejerías de hierro, escudos nobiliarios y colores vivos.

A esto se unió la construcción de edificios públicos como el Mercado Central, la Estación de Ferrocarril o los Teatros Apolo y Cervantes, y otros como el Palacio Episcopal o el Casino Cultural.

Estas familias nobles, que amasaron sus fortunas  en los negocios que sustentaban la economía de la época, la minería y el comercio de la uva, fueron también los artífices del “ensanche burgués a levante”, que vio nacer al actual Paseo de Almería y edificó la Rambla Obispo Orberá, dejando el espacio de unión entre ellos, junto a la antigua Puerta principal de la ciudad como el núcleo de esta revolución urbanística: la Puerta de Purchena.

Arquitectos como Trinidad Cuartara Casinello, Guillermo Langle o Enrique López Rull pusieron la firma de decenas de viviendas palaciegas en cada rincón de estas plazas y avenidas.

El nuevo urbanismo dibujaba una ciudad horizontal, donde de los palacios y casas solo sobresalían en el horizonte los campanarios de Iglesias y Conventos.

Plazas del centro y espacios destacados

 Entre las plazas y espacios destacados del centro hay algunos que guardan la esencia burguesa. En la Plaza Bendicho están la Casa de los Puche y la Casa de la Música. En la Plaza Careaga se encuentra el icónico Palacio de los Marqueses de Torrealta.

La Plaza Julio Alfredo Egea alberga el Palacio de los Vizcondes del Castillo de Almansa, actual Archivo Histórico Provincial. En la Plaza Campoamor se ubica el Palacio de los Marqueses de Cabra, que posee el Archivo Histórico Municipal. La Plaza de la Constitución, conocida como Plaza Vieja, que alberga el Ayuntamiento. La Plaza Flores o la Plaza de San Pedro son otros rincones que merece la pena descubrir en el centro.