La feria de la sostenibilidad

Esta va a ser la Feria de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en todos los sentidos, fundamentalmente en los mensajes de las empresas expositoras, en las ponencias, en las presentaciones y en los argumentos institucionales y, seguramente, en las impagables conversaciones fortuitas a pi de stand en medio de los pasillos de Ifema. 

Después de un año sin cita presencial madrileña para el negocio hortofrutícola, la edición 2021 de Fruit Attraction llega recién comenzada una década que va a estar marcada por los ODS en todos los sentidos. Aunque es cierto que la sensibilidad ambiental hace ya años que prendió en el sector productor y en todos los ámbitos de la industria auxiliar y biotecnológica, ahora se observa una inquietud exacerbada por acentuar los planteamientos en este sentido. Siempre, buscando la persuasión de los consumidores, la influencia en la cadena de valor o el posicionamiento en los cada vez más competitivos mercados de insumos agrícolas que han sido considerados como las mayores amenazas conta el medio ambiente hasta la década anterior. 

Por estos motivos, Fruit Attraction 2021 va a ser, sin duda, la feria de la sostenibilidad. El gran escaparate de la evolución de las gamas de productos orgánicos, el escenario de la creciente irrupción de bioestimulantes de todo tipo, la consagración definitiva de los bioprotectores y biopesticidas, la catapulta para la generalización de las soluciones microbiológicas, la plataforma de despegue para el abandono del plástico, la pasarela de las semillas concebidas para luchar contra el cambio climático. Y, por supuesto, la arrolladora proyección de la Inteligencia Artificial y el Internet de las Cosas en la consecución de los ODS.

El papel del agro

Si la difusión de todo lo que va a contener en esta Fruit Attraction se generalizara más allá de los límites de la actividad hortofrutícola y de los sectores que la acompañan, la sociedad podría entender y aceptar el decisivo e insustituible papel de la agricultura para con el futuro de la Humanidad. De momento, lo que predomina en la lectura social del mundo agrario es la descalificación reivindicativa, unida a un despreocupado desconocimiento. 

Por otro lado las instituciones europeas mantienen líneas estratégicas que casi criminalizan a agricultores y ganaderos en cuanto a la generación de efectos que influyen en el cambio climático, según ha se ha criticado recientemente desde ciertos ámbitos del sector. 

Este es, sin duda, otro frente de batalla en el cual el sector hortofrutícola debe librar también una batalla que siempre tendrá difícil, por no contar con la suficiente capacidad de influencia política e institucional.

Espectáculo sostenible

La Feria va a ser un espectáculo que tendrá a la sostenibilidad como protagonista estelar y como principal argumento comercial. Sin duda, un certamen de esta naturaleza tiene en la generación de negocio su razón de ser, pero en esta coyuntura de nuevas estrategias y directrices políticas, quizás debería también dirigir sus objetivos hacia la sociedad y la Administración. Si no lo hace este año, debería planteárselo en las ediciones sucesivas a lo largo de la década. La agricultura en general y el sector hortofrutícola en particular, lo necesitan. Incluso, más allá de los claims de las campañas de comunicación, pero también del esfuerzo de agricultores y empresas unido al compromiso de los departamentos de I+D.  

Si todos estos planteamientos y declaraciones de principios que se escuchan desde el sector hortofrutícola en relación con la sostenibilidad ambiental y social son ciertos y sólidos, Fruit Attraction 2030 deberá incluir una gran fiesta de celebración. Si no son ciertos del todo ni suficientemente sólidos, la feria del final de la década ofrecerá la sombría impronta de la decepción, por mucho que se esfuercen los directores de marketing.