El carácter humano del regadío en Pulpí

El agua tiene un gran carácter social, es nexo de unión entre generaciones

Confederación de Regantes de Pulpí.
Confederación de Regantes de Pulpí. La Voz
Pablo Poza
07:00 • 30 sept. 2020 / actualizado a las 11:15 • 30 sept. 2020

El agua aúna en Pulpí a más de 1.200 comuneros, desde pequeños huertos familiares hasta grandes empresas. Todos representantes de la Comunidad de Regantes de Pulpí, ente que distribuye agua para riego en una superficie de 8.380 hectáreas.



Abastecer de agua a esa gran superficie es un hecho del que hoy podemos sentir mucho orgullo, es el fruto de un trabajo incesante. El camino recorrido tiene una trayectoria con origen en el cultivo de secano de terrazas y canalizaciones para aprovechamiento de pluviales, a lo que siguió un cultivo más regular gracias al uso de pozos y alumbramientos. Un instante de parón en el camino bastó para constatar que la buena disposición de las tierras (gran cantidad de horas de sol, variaciones suaves de temperatura, bajo riesgo de heladas) le conferían al emplazamiento un gran potencial, lo que motivó la creación de la Comunidad de Regantes de Pulpí para posibilitar las relaciones con la administración y conseguir garantía de lo único que faltaba; el agua.



Hoy la Comunidad tiene varias autorizaciones administrativas de uso de recursos hídricos, tanto de la Cuenca Hidrográfica del Segura como de la Demarcación Hidrográfica del Guadalquivir, suministrando al año más de veinte millones de metros cúbicos para riego. Por supuesto no se encuentran en el final del camino, de momento aún queda andadura para proveer de garantía de agua en la situación actual de falta de precipitaciones, episodios de lluvia cada vez más torrenciales, lucha administrativa para mantener y conseguir nuevos recursos, precios más altos asociados a los recursos desalados cuya producción va en aumento… Es decir, la Comunidad viene representando el esfuerzo y trabajo de las personas que pueblan el lugar.



La participación en el sector agrícola en su estado más elemental como nutriente del cultivo, les permite estar presente en casi cada hogar del municipio: en el de aquellos que laboran el campo, que lo cultivan, que proporcionan fitosanitarios, que fabrican e instalan equipos de riego, que transportan el producto, que lo envasan, que lo transforman…y, por supuesto, en el de aquellos que disfrutan cada día de frutas y hortalizas locales que crecen en estas tierras.





En definitiva, el agua tiene un gran carácter social, es nexo de unión entre generaciones que han luchado por obtenerla, está presente en distintos ámbitos de trabajo y reside en nuestros hogares en forma de alimento.





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