La agricultura y la Agenda de Desarrollo Sostenible

“No hay otro sector económico que esté más presente y arraigado como el sector agrícola”

Francisco Cortés García, Director de Sostenibilidad del Grupo Cajamar.
Francisco Cortés García, Director de Sostenibilidad del Grupo Cajamar. La Voz
Pablo Poza
07:00 • 30 sept. 2020 / actualizado a las 11:15 • 30 sept. 2020

Francisco Cortés García, Director de Sostenibilidad del Grupo Cajamar, nos habla sobre la importancia de la agricultura y el desarrollo sostenible. Tanto en los países desarrollados como en los menos prósperos, la agricultura afecta a la pérdida de la diversidad, al cambio climático, al desempleo, a los usos del agua, a la vida saludable, a la seguridad, al empoderamiento de la mujer, a la desertificación, a la energía, a las desigualdades, a la protección y salvaguarda de los ecosistemas,al consumo,a la pobreza, al hambre,etc. No hay otro sector económico que esté más presente y arraigado como el sector agrícola, debiendo este dar respuesta a muchos de los retos fijados en la Agenda de Desarrollo Sostenible hasta el año 2030.




La población mundial sigue avanzando en un entorno cada vez más explícito de limitación de recursos y en el que las desigualdades son cada vez más acusadas por razones económicas, financieras, sociales o tecnológicas. A los problemas productivos que todos conocemos, se les unen los grandes desafíos redistributivos a los que tienen que hacer frente los Estados ante una población que ya es mayoritariamente urbana, con nuevas necesidades y nuevos comportamientos desde el punto de vista del consumo.



 



Asimismo, debemos afrontar el problema de la vulnerabilidad de la población rural. Las formas tradicionales y menos desarrolladas de agricultura son las más expuestas a los riesgos climatológicos, las más asimétricas en la cadena de suministro, las que cuentan con menores recursos hídricos accesibles, las que sufren un mayor retroceso en la relación entre los precios percibidos por el agricultor y los precios de los insumos agrarios, etc. La incertidumbre se convierte así en una amenaza omnipresente en todos los ámbitos de la vida, y con la que vamos a tener que convivir en los próximos años.



 



Si, como hemos dicho, la agricultura tiene que formar parte de la solución a los grandes problemas económicos, sociales y ambientales a los que se enfrenta la Humanidad y el planeta, también es cierto que una mala gestión (sobreexplotación) de los recursos agrícolas, la persistencia de malas prácticas culturales, así como la existencia de políticas agrarias e incentivos económico-sociales perversos, pueden acentuar y agravar la situación de forma irreversible, especialmente desde la perspectiva medioambiental.



 



Como conclusión, podemos reiterar que la agricultura está jugando y va a jugar un papel capital en la Agenda del Desarrollo Sostenible en los próximos años, alcanzando un protagonismo inédito hasta la fecha, e impactando con una mayor intensidad en los ámbitos económicos, sociales y ambientales de las regiones y de las comunidades locales. Es por ello que, con políticas responsables aplicadas a este sector, aliviaríamos muchas de las preocupaciones ambientales que hoy nos inquietan.

 


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