Almería protagoniza una de las mayores operaciones contra la inmigración irregular de todo el continente, desarrollada por la Agencia Europea de Fronteras (Frontex) y conocida como Operación Indalo. Desde mediados de mayo y hasta el próximo mes de octubre, diez países nutren un dispositivo multidisciplinar orientado a sellar la ruta de pateras en el Mar de Alborán. Su objetivo va más allá de la ‘captura’ embarcaciones, se vuelca en frenar la incidencia de las mafias de tráfico de personas que actúan en Marruecos y Argelia.
El Frontex cuenta actualmente con un equipo de expertos “en el control de fronteras exteriores” cuya misión principal es conseguir información sobre estas organizaciones. En el primer mes de investigación, el equipo dirigido por el ‘team leader’ Juan Francisco R.Q. estuvo compuesto por especialistas de Bélgica, España, Italia, Letonia, Portugal y Rumanía.
Su trabajo es un complemento a las indagaciones de la Brigada de Extranjería de la Policía Nacional, desarrolladas a través de la Unidad contra las Redes Ilegales (UCRIF), y funciona como una fuente de información “muy importante” para la identificación de “pateristas”, según explica el inspector jefe Enrique Mora.
En cifras
El mecanismo se activa en el mismo momento en el que es avistada una patera. El Frontex comienza a recabar datos sobre nacionalidades, ocupantes y punto de partida. Una vez llegan a puerto y reciben los primeros auxilios, el equipo trabaja para captar testimonios entre los inmigrantes que permitan identificar a los organizadores o ‘pateristas’. “Las entrevistas con los inmigrantes son totalmente voluntarias y durante las mismas se trata de conocer el aspecto más humano de la inmigración ilegal”, expone Juan Francisco R.Q.
“Si se tiene conocimiento de que uno de estos inmigrantes desea colaborar con las autoridades españolas para la identificación de los organizadores en origen o de los patrones, entonces se pone en conocimiento de la UCRIF de Almería, que inicia la investigación”, añade el ‘tema leader’. “La colaboración de la Comisaría y de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras ha sido plena”.
El trabajo en este ámbito ofrece datos para el optimismo. Una panorámica a las cifras muestra una reducción notable del número de embarcaciones en aguas almerienses y, al mismo tiempo, un aumento de ‘pateristas’ detenidos por la UCRIF. En 2011 se localizaron 68 botes con unas 1.000 personas a bordo y se arrestaron 15 organizadores. En 2012 las embarcaciones no llegan a 20, pero ya hay 12 ‘pateristas’ identificados. A ellos hay que sumar otros cuatro interceptados en la provincia aunque derivados a Murcia.
Los expertos aseguran que esta evolución policial y judicial frena a nuevos ‘pateristas’ . “Saben que van a ingresar en prisión y eso provoca un efecto disuasorio tan importante como el trabajo en origen”, afirma Enrique Mora, jefe de la sección operativa de la UCRIF.
Además, tanto desde el Frontex como desde la Policía Nacional se resaltan el esfuerzo en garantizar las condiciones a los inmigrantes, conscientes de la situación límite a la que frecuentemente se ven sometidos. Las entrevistas son voluntarias y se realizan siempre después de que hayan recibido asistencia médica, comida y alimentos, los colaboradores son tratados como “testigos protegidos” y luego son regularizados. Además, la Policía permite un tiempo de “reflexión” a los inmigrantes para pensar si quieren cooperar, sabedores de que muchos temen represalias a familiares o, inclu
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