¡Nos come la oruga procesionaria! Así lo denuncia esta vecina almeriense

Con la llegada de la primavera, el buen tiempo, el almendro en flor, también llega un visitante desagradable a nuestros campos. Todo un desfile procesional que puede tener metros de largo y que puede resultar muy peligroso.

La procesionaria del pino es considerada como el insecto defoliador más importante de los pinares de España. Estas orugas están cubiertoss de “pelos” urticantes que se desprenden y flotan en el aire, por lo que pueden provocar irritación en oídos, nariz y garganta en los seres humanos, así como intensas reacciones alérgicas, por otro lado en el caso de los perros la inhalación de estos pelos puede ser mortal. Cada ejemplar cuenta con unos 500.000 dardos envenenados en forma de vellosidades y basta con que la oruga se sienta el peligro para que lance los pelos urticantes.

Cada año, son fumigados y exterminados los nidos en miles de pinares de toda la geografía debido a este perjuicio para la salud, sin embargo, María Cáceres, vecina del Llano de Don Antonio en Carboneras se siente desprotegida ante la cantidad de procesionaria que encuentra en las inmediaciones de su vivienda y en las zonas infantiles de la barriada.

“Nos come la oruga procesionaria y parece que a nadie le importa”, así de contundente ha sido esta vecina carbonera. María Cáceres ha explicado que la zona afectada con esta plaga se encuentra justo al lado de unas pistas deportivas y un centro de educación infantil y le preocupa que “pueda suceder una desgracia, los niños que juegan en las pistas del Llano las pisan y las rodean pese a nuestra advertencia de su peligrosidad”.

Estos insectos anidan en los pinos que están justo al lado de la carretera AL-5105, relató la vecina que asegura que ha intentado ponerse en contacto con las autoridades para que fumiguen la zona, pero que no recibe ninguna respuesta. “Desde el Ayuntamiento nos dicen que son competencia de Diputación, sin embargo no obtenemos contestación, nos encontramos en un limbo en el que cada año hay más nidos y no sabemos que hacer”, confesó María.

La vecina asegura que ya hay varios niños a los que les están saliendo sarpullidos y no entiende “porqué no se está haciendo nada”. Por este motivo la carbonera ha pedido conciencia ciudadana y actuación de las autoridades competentes.