Secuestrado con amenazas de muerte por un clan familiar en Campohermoso

Al hombre, que fue agredido, le pedían 28.000 euros de una deuda por tráfico de drogas

Agentes de la Guardia Civil durante la operación Indalo 72 Cueva.
Agentes de la Guardia Civil durante la operación Indalo 72 Cueva.
La Voz
11:30 • 06 ago. 2021

La Guardia Civil de Almería, dentro de la operación ‘Indalo 72 Cueva’, ha detenido a siete personas en Campohermoso por participar en el secuestro con violencia de un hombre de 34 años por una supuesta deuda relacionada con el tráfico de drogas. La víctima fue introducida por la fuerza en un vehículo, agredida en reiteradas ocasiones y retenida contra su voluntad durante 14 horas en varios puntos del municipio, hasta que logró escapar y avisar a la Guardia Civil.



Los detenidos, según indica la Comandancia en un comunicado de prensa, son siete personas, de entre 18 y 60 años, y se enfrentan a delitos de secuestro con violencia, lesiones, robo con violencia de vehículo a motor y contra la salud pública. Todos ellos, junto a las diligencias instruidas, han sido puestos a disposición del Juzgado de Instrucción nº 4 de Almería en funciones de Guardia, que ha ordenado el ingreso en prisión para cuatro de ellos.



La investigación comenzó el 5 de julio, cuando los agentes auxiliaron a la víctima y conocieron la gravedad de los hechos. La víctima relató a los agentes que había sido secuestrada desde el día anterior durante 14 horas por un clan familiar con el que mantenía "ciertas desavenencias".



Los hechos se iniciaron a plena luz del día, sobre las 18 horas del 4 de julio, cuando la víctima salía de un bar del municipio de Campohermoso y fue abordada por tres de los detenidos, que le amenazaron, golpearon e introdujeron por la fuerza en un vehículo.  En su interior continuaron con las agresiones, mientras que le exigían el pago de 28.000 euros por una deuda de 14.000 euros pendiente desde hace dos años que se había duplicado por no haber sido saldada en este tiempo.



Después le trasladaron hasta un cortijo ubicado en un paraje del citado municipio, donde fue retenido contra su voluntad y golpeado y amenazado de muerte a punta de pistola. El secuestrado se vio obligado a llamar a la inquilina de la vivienda donde reside para que le entregara las llaves y la documentación de su coche como parte del pago.



Una vez que las tres personas que tenían retenida a la víctima obtuvieron el vehículo, sobre la medianoche, se unieron al grupo los otros cuatro detenidos de la operación y continuaron las agresiones y amenazas de muerte, en esta ocasión con dos pistolas. La víctima se puso en contacto con un amigo, dueño de un bar, para que le prestara 14.000 euros. El propietario del bar accedió y horas después se citó con uno de los secuestradores para entregar esa cantidad de dinero.



Huyó por la ventana



Aun así, los detenidos continuaron con el secuestro, ya que reclamaban la cantidad restante hasta completar los 28.000 euros. De madrugada, dos de los secuestradores trasladaron a la víctima a una vivienda del centro del municipio, donde le encerraron. El secuestrado consiguió escapar por una ventana a las 8:40, mientras sus captores dormían, y avisar a la Guardia Civil.


Fruto de la investigación practicada se realizaron diversos registros en domicilios y fincas que permitieron recuperar la cantidad pagada por la víctima y localizar restos biológicos de la misma en los lugares en los que dijo haber sido torturada. La Guardia Civil ha intervenido dos armas de fuego utilizadas para intimidar a la víctima, munición del calibre 12, munición explosiva, cartuchos de fogueo y una bocacha apaga-llamas, además de 18.000 euros en billetes de diverso valor y una máquina para contar billetes.




Asimismo, en un parcela propiedad de los detenidos se han incautado dos paquetes que aparentaban ser fardos de hachís pero que contenían paquetes de sal, así como 15.000 plantas de cáñamo (cannabis) de unos dos metros de altura cultivadas con fines distintos a los autorizados.


Después de una larga investigación, se ha podido determinar que el secuestro de la víctima estaba vinculado al tráfico de drogas y motivado, en concreto, por desavenencias en un porte de hachís.


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