Mojácar

El ejemplo de solidaridad de un grupo de vecinos de Mojácar

Mantienen con su ayuda a una quincena de personas que “no tienen ingresos de ningún tipo”

El municipio de Mojácar.
El municipio de Mojácar. La Voz
F. Moldenhauer
13:26 • 30 oct. 2020 / actualizado a las 18:27 • 30 oct. 2020

Se han llevado la peor parte de una crisis económica que, tras el severo confinamiento de marzo y el optimismo del reflote estival, vuelve ahora a mostrar su lado más oscuro, destruyendo puestos de trabajo y frenando la actividad económica en un pueblo al que las restricciones de movilidad y el estado de alarma han privado de su principal fuente de ingresos: los servicios y el turismo.



Mendigos, inmigrantes sin papeles o trabajadores irregulares, que viven con lo que ganan al día y que ahora "no tienen dinero ni para comer", son algunos de los destinatarios de las ayudas que, de manera espontánea y solidaria, está impulsando un grupo de vecinos de Mojácar.



Uno de ellos es Jose Hernández, que junto a otros vecinos ha dado un paso al frente ante la difícil situación, contribuyendo a llenar con comida y productos de primera necesidad las bolsas que permiten a alrededor de una quincena de personas (sin ingresos de ningún tipo) sobrevivir en el pueblo.



El perfil de las personas que reciben estas ayudas de manos de los vecinos es muy variado. Muchos de ellos no tienen permiso de residencia o cualquier otro tipo de documentación legal, por lo que se encuentran fuera del sistema y no pueden beneficiarse de ayudas sociales como el ingreso mínimo vital.



"Hay otra gente que no tiene casa, están durmiendo donde pueden y mendigando en las puertas de los supermercados, pero esos son los menos", aclara Jose. A la miseria, en un pueblo pequeño como Mojácar, siempre la acompaña el estigma. "Hay una parte importante de gente que no es visible porque ellos no quieren que se sepa, porque son gente del pueblo y les da vergüenza", asegura.



A los problemas económicos, a veces se superponen los sanitarios. "Antes de ayer teníamos a un chico al que le han operado en Huércal-Overa. Es argentino, está solo y no tiene absolutamente a nadie, y claro, está en su casa y necesita que alguien le haga o le lleve comida y que le eche una mano para todo porque está totalmente incapacitado", explica este vecino solidario.



Y es que una vez se cubre la falta de techo y de alimentos, los problemas se ramifican y se superponen. Desde el grupo los van afrontando conforme se van presentando, pero ahora les gustaría ir un paso más allá, con ideas como la creación de un albergue y comedor social, que llevan tiempo queriendo hacer realidad. También está sobre la mesa formalizar su compromiso, convirtiéndose en una asociación. "Registrarla sería lo ideal porque tendríamos más medios pero tienes que obtener permiso de la delegación y es un proceso complejo", alega Jose.



De momento, aunque no la tengan, seguirán ayudando por su cuenta, manteniendo viva la llama de la solidaridad en el pueblo.



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