Logran un aumento del 40% en la producción de almendra con abono verde

Logran un aumento del 40% en la producción de almendra con abono verde

Alicia Amate
21:23 • 05 oct. 2011
Aunar producción y sostenibilidad en suelos en peligro de degradación es posible. Así lo han demostrado los investigadores de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA) de Almería que desde hace tres campañas experimentan con diferentes formas de cultivar almendros y cereal, ambos cultivos de secano, de una forma que beneficie tanto a los agricultores como al medio ambiente.

La parte experimental de la investigación se ha realizado en la finca Los Alhagüeces de Zarzadilla de Totanana, Murcia, en la Cuenca del Río Guadalentín, una zona castigada por la desertificación. En dicha finca, el equipo liderado por el investigador de la EEZA Albert Solé-Benet, ha realizado varios cultivos experimentales basados en técnicas que persiguen una mayor conservación del suelo castigado, siempre buscando el consenso con los propios agricultores.

“Lo principal para nosotros era ponernos de acuerdo con los agentes locales a la hora de elegir qué metodología se iba a utilizar. Podemos decir que los agricultores son la piedra angular de nuestro proyecto porque, al final, son ellos quienes deben aplicar los resultados de nuestras investigaciones”, comenta Solé. De este modo, tras diferentes encuentros, agentes locales e investigadores determinaron las metodologías que finalmente se iban a emplear de modo experimental.

Así, para lograr una mejora en el suelo cultivado con cereales, donde es habitual que se labre varias veces al año, se probó la reducción de dicha labranza, que daña menos el suelo. Esta misma labranza reducida se empleó, también, en cultivos de almendros de forma experimental, además del acolchado de paja, el abono verde y la recuperación de las boqueras ya existentes en la zona. En los cultivos de almendro, el acolchado ha quedado descartado como una posible opción ya que, aunque evita la desertificación, no es productivo para el agricultor por lo que sería inviable. Lo mismo ha ocurrido con los lugares en los que se ha probado la labranza reducida que no genera beneficios aunque tampoco pérdidas.

Sin embargo, la utilización de abono verde, ecológico y sostenible, incrementó la producción de almendras por hectárea casi un 40%. Esta técnica, supone la plantación de una mezcla de veza y cebada en otoño que se incorpora al suelo mediante labranza en primavera. Después de ésta sólo se labra una vez más hasta la recogida de los frutos. De este modo, además, se consigue una reducción de la pérdida de la calidad del suelo y de agua.






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