La casa de dos jubilados se libra del derribo tras 10 años de lucha

El pasado 25 de diciembre, justo el Día de Navidad, se cumplieron diez años desde que el matrimonio Payne recibió una noticia que cambió sus vidas. Ese día de 2009, un Policía Local les comunicó que su casa situada en el paraje de Los Guillenes, en Albox, era ilegal y que estaba inmersa en un proceso judicial que podía finalizar con la demolición del inmueble en el que habían invertido sus ahorros.

De hecho, una vez con el proceso judicial en marcha, una sentencia pidió el derribo de la vivienda pese a que sus compradores contaban con licencia municipal de obras e incluso de primera ocupación. Ahora, días después de ese décimo aniversario, el matrimonio de ingleses septuagenarios formado por Noel y Christine Payne han recibido la que probablemente se haya convertido para ellos en la mejor noticia de la última década. 

Un juez ha acordado suspender la orden de demolición que pesaba sobre la vivienda cuya licencia municipal de obras fue finalmente anulada. El magistrado ha considerado para tomar esta decisión que la edificación está en vías de regularización y que a estas alturas ya habría “caducado” el expediente administrativo que abrió la Junta de Andalucía para restablecer la legalidad urbanística. 

En vías de normalizarse

El auto del Juzgado de lo Contencioso-administrativo 2 “hasta que la junta de gobierno local de Albox” dicte una resolución que “confirme el reconocimiento” de la vivienda” como “asimilado fuera de ordenación (AFO), la figura que permite la normalización urbanística de casas alegales.

El juez ha estimado las alegaciones presentadas por el abogado del matrimonio propietario de la casa, el letrado Gerardo Vázquez, que a su vez es asesor jurídico de la asociación Abusos Urbanísticos Almanzora-No y sostiene que la demolición no “es la solución por defecto” para el restablecimiento de la legalidad urbanística, sino que puede ser “susceptible de excepción” y “obviada por circunstancias” como las de este caso, “haciendo que el fallo no pueda verse ejecutado”. 

En declaraciones a este periódico, el matrimonio inglés explicaba meses atrás su situación. “Sabemos que ha muerto gente en una situación similar por el estrés. Pero nosotros no vamos a dejar que esto nos mate”. Una resiliencia que, a falta de conocer si la Junta recurrirá o no esta decisión, hace que este matrimonio respire aliviado por primera vez en los últimos diez años.