José Antonio Arcos
12:20 • 05 sept. 2011
La crisis del E.Coli ha traído consigo un aumento del asociacionismo agrario, que no se producía en muchos años. Entre las tres organizaciones del campo almeriense (Asaja, Coag y Upa) han sumado casi 400 socios de nuevo cuño, que jamás antes habían tocado a la puerta de un sindicato y que ahora lo han hecho, en la mayor parte de los casos, acuciados por la urgencia de una alerta sanitaria de consecuencias impredecibles.
“La mayoría han venido porque tenían un problema importante y ante la multitud de informaciones que aparecían en torno al E.Coli, muchas contradictorias, no sabían qué hacer”, explica Francisco Vargas, presidente de la Asociación de Jóvenes Agricultores, Asaja-Almería.
En el caso de esta organización agraria su crecimiento se ha producido sobre todo en Roquetas (oficina de Cortijos de Marín) y El Ejido (oficina mojonera de El Viso), y en menor medida en Níjar (oficina de Campohermoso). La misma historia se ha producido en la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, Coag-Almería. “Hemos crecido en afiliaciones en toda la provincia almeriense, pero sobre todo en El Ejido y en San Isidro; aunque también tenemos nuevos agricultores en Adra, Vícar que es donde tenemos la oficina principal, La Cañada, La Mojonera y Roquetas de Mar”.
Información, asesoramiento
El E.Coli y la psicosis posterior que provocó ha puesto de manifiesto la importancia de la información en un sector que vive de cara al exterior y en constante competencia. De ahí que los líderes de las organizaciones agrarias enfaticen que los agricultores no pueden vivir independientes y al margen del día a día y que, por lo tanto, asesoramiento constante es lo que se ofrece bajo el paraguas de Coag, Asaja o Upa.
“Hemos tenido reuniones informativas sobre el E.Coli en La Cañada, El Ejido, Campohermoso y Berja; muchos de esos agricultores, que disponían de poca información, se han hecho después afiliados nuestros”, explica Paqui Iglesias, secretaria provincial de la Unión de Pequeños Agricultores, Upa, “hemos crecido mucho en El Ejido y La Cañada”.
“La mayoría han venido porque tenían un problema importante y ante la multitud de informaciones que aparecían en torno al E.Coli, muchas contradictorias, no sabían qué hacer”, explica Francisco Vargas, presidente de la Asociación de Jóvenes Agricultores, Asaja-Almería.
En el caso de esta organización agraria su crecimiento se ha producido sobre todo en Roquetas (oficina de Cortijos de Marín) y El Ejido (oficina mojonera de El Viso), y en menor medida en Níjar (oficina de Campohermoso). La misma historia se ha producido en la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, Coag-Almería. “Hemos crecido en afiliaciones en toda la provincia almeriense, pero sobre todo en El Ejido y en San Isidro; aunque también tenemos nuevos agricultores en Adra, Vícar que es donde tenemos la oficina principal, La Cañada, La Mojonera y Roquetas de Mar”.
Información, asesoramiento
El E.Coli y la psicosis posterior que provocó ha puesto de manifiesto la importancia de la información en un sector que vive de cara al exterior y en constante competencia. De ahí que los líderes de las organizaciones agrarias enfaticen que los agricultores no pueden vivir independientes y al margen del día a día y que, por lo tanto, asesoramiento constante es lo que se ofrece bajo el paraguas de Coag, Asaja o Upa.
“Hemos tenido reuniones informativas sobre el E.Coli en La Cañada, El Ejido, Campohermoso y Berja; muchos de esos agricultores, que disponían de poca información, se han hecho después afiliados nuestros”, explica Paqui Iglesias, secretaria provincial de la Unión de Pequeños Agricultores, Upa, “hemos crecido mucho en El Ejido y La Cañada”.
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