Níjar

Tres historias de tres mujeres a las que la educación de adultos cambió la vida

El Centro de Formación Permanente Federico García Lorca abre su plazo de inscripción

Sentadas, Carmen M. Sánchez y Elena Kiusvid, con la concejal, Ainoha Salmerón (centro), y, de pie, dos profesores.
Sentadas, Carmen M. Sánchez y Elena Kiusvid, con la concejal, Ainoha Salmerón (centro), y, de pie, dos profesores. La Voz
E. de la Torre / La Voz
13:13 • 27 may. 2018

Carmen Cortés, Elena Kiusvid y Carmen Mari Sánchez son tres vecinas del municipio de Níjar que han dado un giro a sus vidas tras pasar por el Centro de Educación Permanente Federico García Lorca. La formación ha calado en su día a día y han demostrado que nunca es tarde para retomar o impulsar los estudios con los que abrir nuevos horizontes laborales o, simplemente, hacer realidad unos sueños que creían imposibles. La clave, tener voluntad y contar con el apoyo profesional adecuado.



Carmen Cortés abandonó el colegio con sólo 12 años y siendo una niña comenzó a trabajar 14 horas diarias. “En la década de los 80 no eran tan importante los estudios y en mi entorno el absentismo era algo habitual, aunque siempre he tenido inquietudes, de hecho, una temporada estuve matriculada en la Escuela de Artes para realizar fotografía artística, pero tuve que dejarlo por el trabajo”, explica. Pero su vida dio un giro absoluto cuando un accidente la dejó sin poder andar durante un tiempo. En ese momento su hermana la llevó, literalmente, al Centro de Adultos Federico García Lorca donde obtuvo el Graduado Escolar. Y fue aquí, cuando Carmen descubrió un nuevo mundo. Con una nota de  7,1 ha superado la prueba de acceso a la Universidad para mayores de 25 años, y el próximo curso estudiará Derecho en Almería. “Tengo el apoyo de mis amigos, padres y familia, incluso mis sobrinos pequeños me preguntan por el cole”, explica con una sonrisa. Segura de su decisión, sabe que además de adquirir nuevos conocimientos quiere abrir su mente y su principal objetivo es ayudar a su gente, a su círculo social porque “el que quiere lo puede conseguir, al margen de que he contado con el gran apoyo moral de los profesores de este Centro de Educación de Adultos que están totalmente implicados con nosotros”, asegura. 



Elena Kiusvid ya sabe qué es estar en la Universidad. De hecho, cursa Psicología por la UNED, tras superar la prueba de acceso gracias también a este centro. Elena llegó a Níjar en el 99 procedente de Lituania. En su país  tuvo que abandonar su formación a los 18 años. A pesar de tener tres hijos y trabajar, siempre se ha preguntado qué hubiera pasado si hubiera estudiado:  “Siempre he querido crecer, es un reto”. 



Lo primero fue aprender el idioma, con lo que derribó la primera barrera, y tas inscribirse en el centro, hoy se forma en la materia a la que quiere dedicarse. “Quiero ayudar sabiendo cómo, aportar mi granito de arena para mejorar la sociedad. Ahora soy consciente y quiero superarme, aunque nunca me han puesto nada en bandeja. Ahora sé lo que quiero”, explica con decisión.



Carmen Mari Sánchez es otra mujer que, a día de hoy, compagina su familia y trabajo con los estudios en este centro nijareño. Carmen Mari tiene un grado medio y trabaja desde los 20 años. Apoyada por su entorno, el próximo año se presentará a la prueba de acceso para prepararse en alguna materia relacionada con niños. “Es difícil trabajar y estudiar, pero la comprensión de todos me hace que sea más fácil”. 



Son tres historias, tres ejemplos reales de vecinas de Níjar que han visto en la formación un horizonte nuevo para sus vidas. 





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