Reflexiones sobre la gestión del agua y su sostenibilidad

El litoral almeriense ha sufrido uno de los procesos de cambio más radicales de Europa

La agricultura intensiva es el pilar económico de la provincia.
La agricultura intensiva es el pilar económico de la provincia. La Voz
Hermelindo Castro Nogueira
11:37 • 21 mar. 2020 / actualizado a las 11:41 • 21 mar. 2020

El litoral de la provincia de Almería ha asistido, en la ultimas cinco décadas, a uno de los procesos de cambio de uso del suelo mas radicales de la Unión Europea. Las 32.000 hectáreas de paisaje intensivo de invernadero han redimido económicamente a la sociedad almeriense, pero han provocado también impactos sobre sus ecosistemas, especialmente sobre los recursos hídricos, que amenazan el futuro de su desarrollo socioeconómico. 



En Almería el desarrollo agrícola y la demanda urbana de recursos hídricos depende, fundamentalmente, del agua subterránea. Los agricultores almerienses constituyen un ejemplo a seguir de buena gestión del agua en cuanto a la capacidad de ahorro y eficiencia de los recursos disponibles. Sin embargo, en las ultimas décadas todos los sistemas acuíferos provinciales han sido declarados oficialmente sobreexplotados. Desechados nuevos trasvases por problemas ecológicos, económicos y sociales, la única solución de futuro para mantener el paisaje invernado y las demandas urbanas pasa por la desalación de agua del mar.



En nuestro socio-ecosistema el futuro de la sostenibilidad agrícola y urbana en la gestión del agua implica dejar de sobreexplotar nuestros acuíferos respetando sus caudales ecológicos y apostar definitivamente por las aguas residuales urbanas, regeneradas a nivel terciario, y por el agua desalada en la franja litoral.



La aproximación a los subsistemas de gestión de los recursos hídricos mas relevantes: comarca del Poniente, sector Almería-La Cañada, Campo de Níjar y Cuenca del Almanzora, nos permite realizar algunas reflexiones sobre los retos de sostenibilidad de cara al futuro.



En el Poniente se impone culminar las investigaciones técnicas sobre el funcionamiento de los sistemas acuíferos, sus conexiones y los procesos de intrusión marina litoral. La desaladora de Balerma se diseñó y justificó, en su momento, para dejar de sobreexplotar el acuífero inferior y eliminar, progresivamente, el déficit existente entre entradas y salidas del sistema acuífero. Los terciarios de las ciudades del poniente deben renovarse y dimensionarse para responder a la demanda agrícola además de continuar el mantenimiento de campos de golf y parques periurbanos. La ciudad de Almería debe acelerar su renuncia a seguir usando el agua subterránea del poniente, resolviendo sus demandas urbanas con la desaladora existente y diseñada, en su momento, a tal efecto.



El terciario de la ciudad de Almería debe redimensionarse para procesar el volumen total de agua residual que genera y la empresa gestora debe aumentar la capacidad de regulación para afrontar los picos y valles de la demanda estacional agrícola. La consolidación de esta experiencia, extrapolable a todas la ciudades del litoral andaluz, radicará siempre en un seguimiento riguroso de la calidad sanitaria del agua de riego agrícola.



En el Campo de Níjar, el reto de futuro pasa por el uso progresivo del agua desalada, negociando alternativas que permitan asumir el alto precio del recurso, el abandono de los pozos sobreexplotados, cada vez mas salobrizados, y la coexistencia leal con el Parque Natural cuyo Plan de Ordenación es incompatible con la agricultura intensiva, a excepción de unos pocos sectores.



En la comarca del Almanzora subsisten una gran varieda de ofertas de recurso hídricos: trasvases del Negratín y del Tajo-Segura, el agua del embalse, desaladoras públicas y privadas, pozos tradicionales, aguas excedentarias de invierno en la cabecera, etc. En el Almanzora hay que calcular los caudales ecológicos estacionales del río para que sean respetados y aumentar la coordinación gestora, a lo largo del ciclo anual, para conseguir, en cada momento y en cada lugar, los recursos adecuados a las demandas urbanas y agrícolas con el coste económico mas barato posible. 


En el contexto de los escenarios de cambio climático, que predicen los modelos para el sudeste semiárido, para disminuir la huella de carbono, agrícola y urbana, las comunidades de regantes y las juntas centrales de usuarios deben apostar decididamente por el empleo de energías alternativas renovables como la energía fotovoltaica y la energía eólica.



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