El Perdón enmudeció la ciudad en la noche del Martes Santo

El toque de silencio anunció la salida del Perdón

Juan Antonio Barrios
07:00 • 17 abr. 2019

Eran las diez en punto de la noche cuando el toque de atención del cornetín dio paso al redoble de penas de la banda con el que se inicio el Vía-Crucis Penitencial de Silencio de la Hermandad Juvenil del Santo Cristo del Perdón.  






La Cruz arbórea escoltada por dos faroles guía de viático abrió un cortejo integrado por numerosos hermanos que con túnica y capuz negros y cordón blanco iniciaron los más jóvenes de la Hermandad, portando báculos de madera. 



El silencio atronador se hizo presente en la calle de Nuestra Señora de las Mercedes, donde radica la Hermandad Juvenil, ante el avanzar de los hermanos que integran este Vía-Crucis Penitencial de Silencio.



La noche del Martes Santo en Almería se convierte en la más bulliciosa de la Semana de Pasión capitalina y donde el silencio, inexplicablemente, se hace más presente que nunca respirando por sus calles y plazas el Perdón de la imagen que realizara Francisco Palma Burgos, el Santo Cristo del Perdón y de las Lluvias, como los ubetenses le pusieron de sobrenombre y que la Hermandad almeriense adoptó como suyo.






El toque de silencio de trompeta anunció que el Santo Cristo del Perdón y de las Lluvias, portado por costaleros descalzos, estaba presente entre los ciudadanos devotos llegados de distintos puntos de geografía provincial y nacional. Un silencio que unido al intenso y característico olor a incienso que desprenden los siete incensarios anuncia la llegada de la imagen más esperada, la del Santo Cristo del Perdón y de las Lluvias, escoltado por hermanos que portaron austeros faroles.





El tintinear constante del la campana del siglo XVIII del hermano campanillero invitó al público a la meditación.


Uno de los momentos más destacados del Vía-Crucis llegó en la calle Silencio, donde los vecinos lanzaron pétalos de flores. Único adorno floral que luce las austeras andas fúnebres que portan al Santo Cristo del Perdón y de las Lluvias e iluminado por cuatro pebeteros de fuego.


Una de las características de este Vía-Crucis Penitencial de Silencio es que tiene una duración aproximada de tres horas, rememorando de este modo las tres horas que padeció Jesús en la Cruz antes de su muerte.




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