La Almería Sacra (I): Parroquias y cofradías de intramuros

En el contexto urbano de la Almería Moderna nacen las primeras cofradías almerienses

Las parroquias de intramuros: el Sagrario de la Catedral (amarillo), San Pedro (azul) y Santiago (rojo).
Las parroquias de intramuros: el Sagrario de la Catedral (amarillo), San Pedro (azul) y Santiago (rojo). La Voz
Juan F. Escámez
07:00 • 15 abr. 2019

La ‘ciudad del castillo de Pechina’ disfrutó su esplendor comercial, cultural y social con la creación del reino taifa al inicio del siglo XI. Tras la década de impás cristiano a mediados del siglo XII, la ciudad no recobró su relevancia anterior y cayó en un letargo que solo despertó en el siglo XIX con la ayuda del esparto, la minería y la uva.



El espacio urbano durante estos siglos no solo no se mantiene intacto, sino que se ve reducido por los deterioros materiales que ocasionaron los desastres naturales y la disminución demográfica causada por la conflictividad bélica propia de una ciudad mediterránea y las epidemias. 



El barrio medieval de Al-Hawd, a poniente de la rambla de La Chanca desaparece y la Almedina, asolada, es un espacio de huertas en el que sólo residen tras el terremoto de 1522 apenas 16 familias. La medina musulmana queda relegada a un segundo plano y la actividad urbana se desplaza al otro lado de la muralla que discurría por la actual calle de la Reina.



Tal es la situación de desierto demográfico a intramuros, que el Consejo de Castilla tuvo que reducir las murallas que defendían la ciudad en 1574, reduciendo el espacio urbano a los límites que marcaban los templos eclesiásticos y conventuales en su costado de levante: iglesia de Santiago, entrada principal de la ciudad y los conventos de San Francisco, hoy iglesia de San Pedro; Santo Domingo (misma ubicación que en la actualidad) y Trinitarios, desaparecido y que se ubicaba en las inmediaciones de la calle Santísima Trinidad.



Parroquia del Sagrario



Rea­lizada entre 1606 y 1610, con retablo y ornamentación interior costeada completamente por el obispo Juan de Portocarrero con objeto de alojar al Santísimo Sacramento que, hasta la fecha, se custodiaba en la capilla del Santo Cristo, donde hoy se encuentra el Cristo de la Escucha.



En 1686 se establece como parroquia acogiendo a la escasa feligresía del barrio de la Almedina tras la supresión de la parroquia de San Juan. Declaración como parroquia que el obispo Ledesma utilizó para ampliar la construcción inicial con un nuevo presbiterio que quedaría cubierto con una bóveda de media naranja sobre pechinas así como el abovedamiento de la nave.



Durante el siglo XVIII se establecen en ella una hermandad de Ánimas y otra al Sagrado Sacramento.


En 1879, el obispo Jose María Orberá mostró la intención de realizar una portada propia a la misma que finalmente no se realizó. Este hecho, la de permanecer dependiente al templo catedralicio, la hace única al resto de Sagrarios de la archidiócesis granadina, que se configuraron como entes independientes.


A mediados del siglo XX, el obispo Alfonso Ródenas ordenó la restauración de la nave tras los destrozos del 1936, quedando abierta al culto en 1952. La parroquia del Sagrario pasó a la catedral por orden del prelado Ángel Suquía a finales de los sesenta para instalar en ella el Museo Catedralicio bajo la intervención del arquitecto Fernando Cassinello.


Santiago

Se halla situada a las puertas de la ciudad, a la orilla del camino de Granada por donde los Reyes Católicos hicieron su entrada a la ciudad en 1489 tras la firma de las Capitulaciones y levantada por orden del obispo Villalán a mediados del siglo XVI.


Este templo acogió en su fundación la hermandad del Sagrado Sacramento y Ntra. Sra. de los Dolores desde su fundación en 1772. Pero no fue la única cofradía que alojó entre sus muros, entre las que están la de San Felipe y Ntra. Sra. de la Aurora.


Con grandes vicisitudes a lo largo de su historia particular, fue objeto de la desa­mortización de 1837 trasladando la parroquia al templo de Santa Clara, aprovechando el Ayuntamiento para solicitar su derribo para ejecutar una plaza en su solar y aprovechar el material de la demolición para la ampliación del puerto.


Salvada de estas pretensiones municipales, quedaría para uso militar hasta 1889, año que fue recuperada por el Obispado. En 1936 sufrió un incendio que hizo perder la cubierta, enseres litúrgicos e imágenes sagradas.


San Pedro (el viejo)

La parroquia establecida en el lugar que hoy ocupa la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús y la Inmaculada, ha sido la parroquia de intramuros donde la proliferación cofrade ha sido más acusada.


La cofradía del Santísimo Sacramento, con orígenes desde el siglo XVI, la de San Camilo de Lelis y Ntra. Sra. de la Esperanza, la de San Miguel o la de Congregación del Sagrado Corazón de Jesús, tuvieron su sede en esta iglesia.


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