La enfermedad inflamatoria intestinal afecta cada vez a más jóvenes

El 60% de los casos detectados son de colitis ulcerosa y el 40% restante de enfermedad de Crohn

Como enfermedad crónica se encuentra siempre en continuo desarrollo.
Como enfermedad crónica se encuentra siempre en continuo desarrollo. La Voz
La Voz
07:00 • 26 oct. 2018

La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EI) consiste en un proceso inflamatorio mediante el cual el sistema inmunitario ataca tejidos del intestino grueso, provocando lesiones en el sistema digestivo de diferente gravedad. Esta dolencia se ha visto incrementada en los últimos años, especialmente entre la población más joven. 



Tan sólo en Almería existen actualmente alrededor de 2.500 personas afectadas por esta enfermedad. De estas, el 60% de los casos que se diagnostican corresponden a enfermos de colitis ulcerosa, y un 40 % a pacientes que padecen la enfermedad de Crohn.



Estas dos enfermedades se caracterizan fundamentalmente por ser enfermedades del intestino en esencial, inflamatorias e inmunomediadas y lo peor, crónicas. Estas evolucionan en brotes – su fase activa- y periodos de remisión –fase inactiva- durante toda la vida. Ambas son capaces de alterar la capacidad que tienen el organismo para digerir los alimentos y absorber los nutrientes, además de compartir ciertas características clínicas y patológicas que hacen que su diagnóstico sea más complicado. 



Diferencias entre colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn 



La colitis ulcerosa – CU- pertenece a un grupo de enfermedades que se conocen como enfermedades inflamatorias del tracto gastrointestinal – EII-. La Colitis ulcerosa es una enfermedad crónica inflamatoria del intestino grueso que a menudo ocurre en los adolescentes y adultos jóvenes, pero también puede ocurrir en individuos de edad avanzada. 



Los síntomas varían y pueden incluir fuerte dolor abdominal, urgencia intestinal, diarrea y sangre en las heces. La inflamación comienza en el recto y se extiende hacia el colon de manera continua. Aunque no se conoce aún ninguna cura, sí que existen muchas terapias efectivas que mantienen la inflamación bajo control. 



La enfermedad de Crohn puede afectar a cualquier parte del tracto gastrointestinal, pero la colitis ulcerosa solo se desarrolla en el colon. La enfermedad de Crohn además puede afectar a todo el grosor intestinal, mientras que la colitis solo involucra la parte más profunda de la pared intestinal. Por último, otra de las grandes diferencias entre las dos es que en la enfermedad de Crohn, la inflamación del intestino puede ‘saltarse’ dejando áreas normales entre las áreas afectadas por la enfermedad, mientras que en la CU esto no ocurre. Solo en un  10% de los casos las características de la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn coinciden y se diagnostica una enfermedad conocida como colitis indeterminada.  



Nadie conoce realmente qué es lo que causa la colitis ulcerosa o la enfermedad de Cronh, y mucho menos predecir cómo se desarrollará la enfermedad, una vez diagnosticada, puesto que afectará a cada persona de forma particular. Para algunas pueden pasar años hasta que se desarrollen los primeros síntomas, mientras que otros tienen brotes frecuentes, o ataques, durante toda la enfermedad. Lo que si es cierto en todo los casos es que la CU es una enfermedad crónica. 


Como enfermedad crónica esta está siempre progresando. Puede ser controlada con tratamiento, pero no curada. Esto quiere decir que es una enfermedad a largo plazo. De hecho, la mayoría de las enfermedades son tratadas con éxito pero no curadas al cien por cien. A veces, las personas pueden desarrollar graves complicaciones como el cáncer colorrectal, pero esto ocurre en un diminuto porcentaje de las personas afectadas por la EII. 


Afortunadamente los últimos estudios demuestran que las personas que sufren de la EII normalmente tienen la misma esperanza de vida que aquellas que sin EII. Es importante recordar que la vida de la mayoría de las personas que sufren de colitis ulcerosa es completa, feliz y muy productiva. 


Indicios y síntomas 

Al irse inflamando y ulcerando la pared intestinal esta pierde la habilidad de absorber agua de los desechos que pasan por el colon. Esto conduce a que se aflojen las heces, es decir, a una diarrea. La pared intestinal dañada puede comenzar a producir mucha mucosidad en las heces. La ulceración de la pared del intestino puede causar sangrado, dando como resultado heces sanguinolentas y, ocasionalmente, esa pérdida de sangre puede causar un bajo recuento de glóbulos rojos y provocar una anemia severa. 


Muchos pacientes diagnosticados con una EI cuentan que empezaron a darse cuenta de que algo no iba bien al sufrir de urgencia al defecar y dolores abdominales repentinos. El dolor puede ser más fuerte en el lado izquierdo, pero puede aparecer en cualquier parte del abdomen. 


Todo este conjunto puede desencadenar en la pérdida de apetito y posteriormente pérdida de peso. Los síntomas, junto a la anemia, conducen a la fatiga existiendo la posibilidad de que los niños que la padecen desarrollen grandes deficiencias en su desarrollo y crecimiento. 


Más de la mitad de los pacientes con una enfermedad inflamatoria intestinal padece síntomas relativamente leves a los que no suelen echar cuenta. Sin embargo, otros pueden sufrir graves cólicos abdominales, diarrea sanguinolenta, náuseas y altas fiebres. Los síntomas de la CU suelen ser intermitentes durante toda la vida. 


En el periodo en el que los brotes aflojan es posible que las personas no experimenten ningún dolor. Estas etapas libres de enfermedad – remisión- pueden extenderse por varios meses e incluso años, aunque los síntomas siempre regresan. El curso impredecible de la colitis ulcerosa dificulta a los médicos a la hora de evaluar si un programa de tratamiento en particular ha sido efectivo o si la remisión ocurrió por si sola. 



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