Carta al maestro, al amigo y a un almeriense ejemplar

Carlos Ruiz Miras

Eduardo Gallart Baldó

  • La Voz
Eduardo, nos has dejado para siempre, pero en mí particularmente, siempre estarás. He aprendido mucho de tí, y me enseñaste muchas cosas muy valiosas, pues tenías una gran capacidad de trabajo para tus deportes favoritos como eran: baloncesto, fútbol y boxeo. Este último, lo llevaste no a nivel local sino escala nacional cuando nadie fue capaz de hacerlo. Tú, has sido la persona más emblemática en el deporte almeriense. Nos conocimos en el año 1959 que fue cuando el Atlético Almería ascendió a Segunda División, en la temporada 1957-58 y tú eras el secretario general del club. Por mediación del ordenanza que tenías en el local del club, Ismael Moratón Flores, (fallecido) me dijo que yo me presentara a tí, lo hice, y me dijiste que querías que yo trabajara para el equipo. Hice tres equipos de juveniles más el Plus Ultra de aficionados, porque la temporada en Segunda División, la Federación español de Fútbol, exigía a los equipos de Primera y Segunda tener juveniles y aficionados. Una vez confeccionados todos los equipos, nombraste al fallecido también, Pepe Lemus, como entrenador y a Agustín Escamilla como utillero, yo, de delegado. Fuiste presidente de la Federación de Fútbol de Almería y propusiste a la Federación Andaluza que me otorgaran la medalla al Mérito Deportivo Amateur, me la concedieron de plata, y el día de la entrega en Sevilla, que fue un 30 de junio de 1976, tú, abroncaste al entonces presidente de la Federación Andaluza de Fútbol, el general de la Guardia Civil, don Manuel Luego, diciéndole ¿Por qué la medalla de oro nunca sale de Sevilla? tenías carácter Eduardo. Quisiera decirte allá donde estés que has sido un modelo para muchos almerienses como yo que aprendimos de tu valía a la hora de gestionar. Siempre fuiste un hombre de palabra y ayudaste a los demás con nobleza y entrega. No ha sido solo admiración lo que he sentido por tí, Eduardo, ha sido algo más importante, cariño, esa cercanía contigo me ayudo a crecer en la vida y muchos de los conocimientos que aplique en mi vida deportiva los aprendía a tu lado. Almería ha perdido a un gran armador de barcos, a un buen empresario, al dirigente deportivo que no tendrá otro igual y lo que a mí más me afecta: a un profesor y a un amigo imprescindible a la hora de entender la vida. No quisiera terminar sin recordar que además de las largas jornadas de trabajo, contigo pase momentos inolvidables celebrando éxitos de nuestro deporte como solo tú sabías hacerlo. Hasta en esto has sido muy diferente a todos los que tomaron el relevo en tus cargos directivos. En la foto aparecemos los dos en una comida organizada por el Plus Ultra en aquellos tiempos donde el fútbol era todavía aficionado y sano.