“Hoy tendrías 77 años, te fuiste tan joven...”

Ana Domínguez

A mi abuelo: Blas Domínguez García

  • La Voz
Han pasado ya diez años desde que te fuiste, un 18 de julio que nos marcaría para siempre. Aun así estás en cada detalle de nuestras vidas. Tengo pocos recuerdos de pequeña, aunque tu olor, tu mirada, tu forma de tomar café, tus manos, tus gestos... son difíciles de olvidar. Siempre recordaré cada tarde que pasamos todos juntos en la finca y como no, aquella última Noche Vieja, que cada año recuerdo con emoción y nostalgia. Eras un hombre fuerte por dentro y por fuera, al igual que muy trabajador. Recuerdo que daba igual que estación del año fuera, tú siempre te bañabas en la playa del Cabo de Gata. La visitamos en estas fechas cada verano como recuerdo y Papá, tu hijo Blas, siempre nos cuenta anécdotas e historias sobre ti. Él es tu viva imagen, mismo carácter, mismos gestos… Por ello es difícil que no estés con nosotros cada día, además de que siempre nos habla de ti. Has sido el mejor abuelo, de eso que no quede menor duda. Recuerdo cuando te cogía de las manos y apretaba fuerte para que no me soltaras y como te miraba… quien me diría que aquella vez sería la última. Marcha silenciosa Hoy tendrías 77 años, te fuiste tan joven... Tu marcha fue silenciosa, nos dejaste de la noche a la mañana, sin poder despedirme, sin que pudiéramos vivir más cosas juntos, sin ni si quiera darte un último beso. Yo tan solo tenía once años, pero recuerdo tu marcha como si fuera hoy. Aun así, sé que desde allí estás con nosotras, que nos ayudas y que estás muy orgulloso de lo que hoy somos. La vida me ha enseñado que a veces es muy injusta. Que se va quien menos lo merece y a nosotros nos tocó vivir una historia que no era la nuestra, llena de barreras por las circunstancias que nos acompañaban, he de decir que fue corta pero intensa y llena de momentos que nunca olvidaré. Una figura importante Te hemos echado tanto de menos... nos ha faltado esa figura tan importante en la vida de unas nietas, la de abuelo. Aunque solo la física, porque la presencia está con nosotras. Gracias por estar a nuestro lado velando por nosotras, amándonos en la distancia como lo hiciste en todo momento, por haber sido tan grande, por tener ese corazón envidiable y por habernos dado ese padre que nos ha hecho las cosas más fáciles desde el primer día que te fuiste. Te queremos y siempre estarás en nuestros corazones. Tu nieta: Ana Domínguez.