La última voz fundadora de The Platters

Agencias

Herb Reed - cantante

  • La Voz
El cantante Herb Reed, el último miembro fundador superviviente del grupo vocal The Platters, murió el pasado 4 de junio en Boston, dejando como herencia, en la historia de la música del siglo XX, la fundación de un grupo que alcanzó mayor fama en los años 50, y logró convertirse en todo un mito con temas como ‘Only you’ y ‘The Great Pretender’. Fuero cinco. Junto a Reed, fundaron la banda David Lynch, Tony Williams, Paul Robi y la joven Zola Taylor. Todos eran afroamericanos, y con el tiempo colocaron varios sencillos en las listas de superventas en una época en la que la segregación racial era una práctica común en muchos lugares de Estados Unidos. De hecho, cuando comenzaron a venderse sus discos llevaban etiquetas de color naranja, un código que indicaba a los pinchadiscos de las radios que eran grabaciones ‘raciales’, un eufemismo de la época para las canciones que estaban vetadas en partes del sur del país. La propia revista Billboard publicó listas de discos raciales en los años 40, que en 1949 pasó a denominar como ‘Rythm and Blues’. Pero la Mercury Records decidió publicitar sus discos y sencillos sin atender a su identidad racial, convirtiéndolos en pioneros en este aspecto. De este moso se los escuchó en emisoras negras y blancas por igual, lo que condujo a su gran éxito de mediados de los años 50. Eso no impidió que hasta mediados de los 60 los Platters tuvieran que actuar ante audiencias segregadas en Estados del Sur del país, como mandaban algunas de las leyes locales. Pero es que, además, eran buenos. Muy buenos. Sabían cantar, modular las voces, integrarse. Sus versiones de temas como ‘Smoke gets in your eyes’ y ‘The Great Pretender’, que hemos escuchado en tantas voces, convirtieron a estos temas en inolvidables. no obstante, el tema que los hizo inolvidables fue, sin duda, ‘Only you’. Una primera discográfica no quiso incluir el tema en el álbum, mientras que un segundo sello lo hizo a desgana en 1955 en la cara B del vinilo. Se vendieron millones de copias y en 1999 ingresó en el Salón de la Fama de los Grammy como una de las canciones más conocidas del siglo XX.